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Vivimos bajo una cierta ilusión que la deuda pública es infinita, que un ayuntamiento o una administración, no puede quebrar nunca. Por desgracia, la realidad es otra. Leo en la prensa internacional que Bristol ya no va a recoger la basura de sus habitantes tan a menudo. A finales de enero, sometió a consulta una propuesta para reducir la frecuencia de las recogidas a una vez al mes. Esto permitirá a la ciudad, que cuenta con 483.000 habitantes, ahorrar 2 millones de libras al año, ya que se enfrenta a un déficit presupuestario de 51,6 millones de libras para el ejercicio 2025-2026. Los residentes están que trinan, claro está.

Y es que en el Reino Unido, cada vez más autoridades locales tienen que recortar sus servicios para evitar la quiebra. El gasto en bibliotecas les ha caído un 50% desde 2010 y un tercio de ellas, han cerrado. También ha caído la financiación para centros juveniles, parques, piscinas, reparación de carreteras y cultura. En Hackney, una zona desfavorecida del este de Londres, cuatro escuelas de primaria cerraron el pasado otoño y otras cuatro lo harán a principios del curso 2025, debido a los enormes retos financieros a los que se enfrenta el ayuntamiento.

En Birmingham, la segunda ciudad más grande del país, que se declaró en quiebra en septiembre de 2023, se despidió a cientos de trabajadores del ayuntamiento, se redujo parcialmente el alumbrado público y se vendieron activos públicos por valor de 56 millones de libras, entre ellos un centro infantil, un aparcamiento de varias plantas y un salón de actos. Se ve que algunas autoridades locales ya han recurrido al crowdfunding como por ejemplo en Southwark, al sureste de la capital británica, donde esperan recaudar 6 millones de libras en los próximos cinco años para financiar un cobertizo para bicicletas, farolas LED y la adecuación de sus escuelas a las normas medioambientales.

Los posibles inversores recibirán una rentabilidad del 4,6% anual. Sin embargo, no hay garantías de que se vaya a devolver el capital invertido tal y como advierte el ayuntamiento, cuyo presupuesto presentaba un agujero de 6,7 millones de libras en 2024. No sé si son los efectos perversos del Brexit o de esta praxis gastadora, que siempre vemos asociada a lo público. Alerta.