La velella capta miradas en la costa de Menorca: ¿Por qué ha llegado más este año?
Las rachas de viento y las mareas pueblan el litoral menorquín de este pequeño hidrozoo de intenso color azul
Panorámica general de la playa de Cala en Porter, donde la presencia de la velella es masiva | Katerina Pu
Menorca22/03/25 4:00
Un año más la velella hace acto de presencia en la costa menorquina. Las fuertes rachas de viento ocurridas durante este mes de marzo, casi siempre en idéntica dirección, y las mareas y corrientes marinas han motivado que este pequeño hidrozoo que se alinea en el filo de los cnidarios, también, y coloquialmente, conocido como ‘barca de San Pedro’ se multiplique en número a orillas de la Isla, sobre todo al este, sur-este y sur de la misma.
También en Menorca
- Menorca limita por primera vez su crecimiento turístico y solo permitirá crear 23.859 nuevas plazas
- El alegato del CEO de Bonnin Sansó sobre la crisis de la vivienda: «De seguir así no hay solución»
- La carretera general de Menorca tendrá un camino de tierra paralelo para bicicletas y peatones
- Un ajuste de cuentas en Ciutadella les cuesta seis meses de cárcel a dos hombres
- Que en el balcón del piso superior de la clínica de Sa Dentista...
5 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
Reserva de sa biosfera.
Llevo toda mi vida al lado del mar (53), y en fuertes temporales siempre está presente.
El cambio climático, si llueve, es el cambio climático, si no llueve, es el cambio climático, si hay velella, es el cambio climático, si no hay velella, es el cambio climático, el cambio climático lo explica todo.
Esto es debido a los temporales. Las derivan wdte año al sur, porque la mayoria de temporales que hemos sufrido estos dias son del Sur, Suroeste, Oeste y todavia sigue, con lo que la mayoria de playas del sur se han llenado de esta medusa que se desplaza con su vela a merced del viento. En los años 1998, 1999, 2000, 2001, 2002 y 2003, tambien hubo muchisima cantidad de velella, pero ya no nos acordamos. Memoria 2030.
Uele a entre piernas