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Las bolsas europeas, y las mundiales, están ahora en un paréntesis entre temporada de resultados. Los últimos en publicarse, que se presentaron relativos al primer trimestre del año fueron muy buenos y animaron más, si cabe, a las bolsas. Ahora tendremos que esperar aún varias semanas para ir conociendo los del segundo trimestre.

Entre medias, tenemos que recurrir a otras historias para tomar las decisiones de inversión, al menos a corto plazo (hay muchas casas de análisis y gestores de fondos no hacen nada hasta conocer la evolución del negocio de las empresas y sus competidores).

Como comentamos la semana pasada, las elecciones europeas han provocado una incertidumbre política que afecta, casi exclusivamente, a Francia. Aún así, desde sus mínimos, el CAC francés ya ha repuntado. De hecho, ni siquiera llegó a tocar un soporte, los 7.400 puntos, que hubiera provocado (en caso de perderse) muchas ventas. Si así fuera, hasta en Francia los recortes podrían quedar en una anécdota. Eso sí, este fin de semana se conocerán los resultados de las primarias (legislativas) y el siguiente domingo el resultado final. Sin duda, resultados inesperados, provocarían más volatilidad y los soportes comentados podrían correr riesgo.

Sin embargo, los inversores deben tener en cuenta cuánto afectará un resultado electoral a las cotizadas francesas, puesto que las más grandes tienen la mayor parte de sus ventas en el extranjero. De hecho, incluso su banco «bandera», BNP Paribas, o su mayor concesionaria, Vinci, no obtienen la mitad de sus ingresos en su país (la más grande, Louis Vuitton, no llega ni tan siquiera al 8%).
Sí puede influir más en las valoraciones de las empresas los datos macros que se están conociendo estos días: por ejemplo los PMIs (indicador de actividad), especialmente los manufactureros marcan una contracción en la economía europea. Muy ligado a estos, el IPP (Índice de Precios a la Producción, es decir indicador adelantado a los precios al consumo) marca una deflación brutal y este mismo viernes se empezarán a conocer los datos previos de inflación del mes de junio en Europa.

Más influye en las empresas la decisión de tipos del Banco Central Europeo (por costes de financiación y por las fórmulas de valoración de las compañías). Habrá que esperar todavía a la segunda quincena de julio para conocer qué hará el Banco Central Europeo, si vuelve a rebajar tipos, como hizo en junio, o bien se toma un descanso a la espera de más evidencias de control de precios.

Viendo la reacción de los mercado, como las bajadas del Euribor de los últimos días, y consolidación de rentabilidades de bonos europeos tras las caídas de la semana pasada, parece que se espera una nueva bajada, o, al menos, la confirmación de que en septiembre las reactivarán, aunque hasta que no se anuncie, la decisión no será firme.

Con todo ello, no hay que olvidar que estamos entrando ya en temporada vacacional: julio y, especialmente, agosto, reduce mucho el volumen de contratación, lo que motiva que se den más sorpresas y que los soportes y resistencias puedan romperse de forma ficticia. Con todos estos puntos, más ajenos a la realidad y a la valoración de las empresas, los inversores deben tener muy clara su estrategia.