Marcos Urarte aseguró que estamos ante un nuevo mundo. | miquel angel canellas

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Marcos Urarte, presidente del grupo Pharos, protagonizó una ponencia del Foro con el título ‘Vulnerabilidades y oportunidades en una economía globalizada’, apuntando a una serie de olas a las que se ha enfrentando el mundo.

Urarte, reconocido como uno de los 40 mejores futuristas de España por la revista Forbes, expuso las ocho olas, que definió como las de «el coronavirus, el conflicto de Ucrania, el conflicto Israel/Hamas, una cadena de acolisionamiento, los ciberataques, la inteligencia artificial, un nuevo conflicto que podría haber en Taiwán y el cambio climático». Así pues, admitió que «estamos constantemente recibiendo olas y no nos recuperamos de una cuando ya llega una nueva». Urarte habló de los cinco jinetes del apocalipsis, que son las guerras, las pandemias, el cambio climático, los desastres naturales y la demografía. Explicó que «han cambiado el planeta en mayor o menor medida». Las guerras o la pandemia «tienen un impacto directo y nos podemos recuperar en cierta medida, pero el cambio climático el impacto es indirecto y perdura».

Urarte añadió un sexto jinete, la inteligencia artificial, «que va a cambiar el mundo sin querer ser trascendente». La aparición de ChatGPT «ha democratizado el uso de la inteligencia artificial, cosa que antes solo la utilizaban los técnicos e ingenieros, ahora está al alcance de toda la sociedad», aclaró Urarte. Además, ahora existe una coreografía tecnológica sincronizada que ha cambiado la sociedad, «nos enfrentamos ante una serie de tecnologías que avanzan en paralelo, pero que a la vez se retroalimentan». Urarte, también expuso que «estamos en un mundo tecnopolar donde la tecnología juega un papel geoestratégico muy importante».

Además, Urarte defendió que «nos encontramos ante un nuevo mundo en el que hay un enfrentamiento entre los siete magníficos» y explicó el concepto de permacrisis, según el cual «los próximos años van a ser de una gran incertidumbre, por lo que marcarán la diferencia aquellas empresas que sean capaces de convertir la gestión de la incertidumbre en la ventaja competitiva».
Una de las conclusiones que formuló Urarte fue que «hasta el momento la economía gestionaba la geopolítica y a partir de ahora la geopolítica está condicionando la economía». Y añadió que «la globalización no ha muerto, pero sí que está cambiando. Ya no se habla de globalización, sino de reglobalización».