El ingeniero industrial, colaborador del Banco Mundial, del Estado Mayor de la Defensa y del Instituto de Estudios Estratégicos de España, Marcos Urarte, presentó su ponencia titulada Vulnerabilidades y oportunidades en una economía globalizada en la que repasó la serie de olas a las que se ha enfrentado, y superado, España. El ponente ha sido elegido por la revista Forbes como uno de los 40 mejores futuristas de España.
Así pues, explicó las olas que España había superado, empezando por la del coronavirus, siguiendo por la guerra de Ucrania, el conflicto de Israel, Palestina y Hamás, hasta llegar a la del cambio climático y admitió que «no nos estamos recuperando de una cuando ya está empezando la siguiente». Y en este punto enumeró los focos de tensión «que han cambiado el planeta para siempre en mayor o menor medida» y que clasificó como los ‘cinco jinetes del apocalipsis'.
Urarte hizo especial énfasis en la inteligencia artificial y admitió que «no sé cómo pero la inteligencia artificial va a cambiar el mundo y sin ser demasiado intrascendente va a ser uno de los mayores desafíos a los que se enfrente la especie humana». Además hizo referencia a la aparición del ChatGPT, que «puede parecer magia pero está en su punto de inflexión y lo único que ha hecho ha sido democratizar el uso de la inteligencia artificial».
Urarte siguió su discurso exponiendo cómo las tecnologías cambian la sociedad y la sociedad se enfrenta a ellas, son «disruptivas, avanzan en paralelo y entre ellas se retroalimentan». Sin embargó defendió que «nos encontramos ante un nuevo mundo en el que hay un enfrentamiento entre los siete magníficos». Además, explicó el concepto de permacrisis, según el cual «los próximos años van a ser de una gran incertidumbre, por lo que marcarán la diferencia aquellas empresas que sean capaces de convertir la gestión de la incertidumbre en la ventaja competitiva».
Una de las conclusiones que sacó Urarte fue que «hasta el momento la economía gestionaba la geopolítica y a partir de ahora la geopolítica está condicionando la economía».
Siguiendo con el hilo conductor del ajedrez, Urarte comparó una partida en la que solo están jugando Estados Unidos y China y en la que ninguna de las dos partes quiere sacrificar a sus piezas. Urarte concluyó su ponencia con la siguiente reflexión: «La globalización no ha muerto, pero sí que está cambiando. Ya no se habla de globalización, sino de reglobalización».