«El neomercantilismo es ese nuevo paradigma hacia el que avanza el mundo que conocemos», señaló un Riera que inició su ponencia en el Foro El Económico enfatizando la importancia del «giro copernicano sobre cómo Occidente gestiona la economía global». Su fe en la interdependencia económica de los países –máxime en un mismo continente como Europa– es lo que le llevó a emitir un veredicto apresurado, confesó, sin ser consciente en ese momento de que las reglas del juego estaban ya en pleno proceso de metamorfosis.
En su exposición, Riera realizó un sucinto recorrido por esas reglas tal y como las habíamos conocido, pasando por el keynesianismo, Margaret Thatcher y Angela Merkel, ésta última, subrayó, tal vez uno de los máximos exponentes «de un mundo en que Europa vivía en un momento de fuerte interrelación y con un gran crecimiento de la economía global».
En ese momento, se pensaba que los superávits comerciales derivados de la integración económica de los mercados «traerían más paz y más crecimiento económico». Sin embargo, hoy el paradigma del neoliberalismo, «bajo el que hemos vivido más de 30 años, está en cuestión», aseveró Riera.
Entre otras cosas, explicó, está en cuestión por haberse mostrado ineficiente o no lo suficientemente resolutivo ante los terremotos de la última década y media, empezando por la Gran Recesión y pasando por la pandemia de la COVID, las crisis en materia de energía y materias primas o la propia Guerra de Ucrania.
«El mundo hoy está abrazando el neomercantilismo. No es nuevo; es un paradigma transversal que han aplicado históricamente tanto derechas como izquierdas y que consiste fundamentalmente en utilizar la política comercial no para abrirse o hacer más socios, sino para protegerse del vecino, del competidor». Riera señaló que esa era la verdad que en febrero de 2022 ya sabía Borrell y él mismo ignoraba.
Es en este contexto, en el de un creciente proteccionismo en el que la política comercial es un arma más en las relaciones entre países, en el que «Europa se está redefiniendo». Así, «los discursos se han llenado de referencias a la seguridad económica, autonomía energética o supremacía tecnológica» y está por ver, finalizó Riera, qué cambios operará este nuevo paradigma en la vida de las personas.