Los elementos claves detrás del incremento de la productividad son la mejora de la gestión de los recursos y/o la calidad de los mismos. Se pueden mejorar las plazas de alojamiento existentes, la calidad de la mano de obra o utilizar de forma más eficiente ambas (mejora tecnológica). Lógicamente esta mejora requiere un mayor nivel educativo y tecnológico, una inversión en capital humano que permita aumentar el PIB por trabajador y, por tanto, la renta per cápita. El porcentaje de estudiantes con niveles educativos superiores es un elemento clave para abordar estos objetivos por lo que el sistema universitario (y tecnológico) es clave para una economía en todos sus sectores.
Balears es hoy en día la comunidad autónoma que menos invierte en su sistema universitario. En 2021 de los 1.111 millones dedicados a educación sólo el 9,8% fue a su universidad pública (algo más de 100 millones). Balears es la única comunidad que gasta menos del 10% de su gasto educativo público en Universidades (en Madrid es el 28,3%). La ley Orgánica del Sistema Educativo Universitario (LOSU) de 2023 en su artículo 55 exige a las autonomías alcanzar como mínimo un gasto del 1% del PIB en sus universidades públicas en el año 2030. En España en el 2021 esta cifra se situaba ligeramente por encima del 0,9%, mientras que en Balears estaba en el 0,33%. Si queremos mejorar nuestra renta, ya sabemos cómo proceder.
El Personal Docente e Investigador de la UIB no solo educa, sino que es la espina dorsal del ecosistema científico balear, pero el gasto anual por alumno en la UIB está incluso por debajo de la educación pública en primaria o secundaria. Un reciente estudio del CES Balear expone claramente que en Balears la oferta de carreras y masters es inferior a la media nacional y que el porcentaje de alumnos de la EBAU que se matricula en otras universidades alcanza casi el 50%. Y aun así, tenemos una universidad excelente en términos de investigación. En los rankings internacionales (Shanghái, Times) las áreas turismo y oceanografía están entre las 200 mejores universidades del mundo, y física y agricultura entre las 300 más valoradas. Hablamos de un ranking que recoge sólo las mejores universidades y, aun así, es extraordinario estar cerca globalmente del top 5% mundial con un tan escaso tamaño y presupuesto.
Y todo esto no es sólo por dinero. En un artículo reciente del Mundo, nos mostraba como el salario del profesor ayudante doctor de la UIB es el más bajo de toda España. Si queremos atraer talento y tener más estudiantes debemos competir con más medios, más grados (están previstos 2 en 2024 y otros 2 en 2025), doble grados y masters. Pero no solo eso, más atención a las sedes de Menorca e Eivissa, más internacionalización, una o varias residencias universitarias adicionales, más atracción al talento investigador, aulas más atractivas e incluso, porque no, la presencia de universidades privadas que complementen a la pública. Esa sí es una vía para revertir la continuada decadencia relativa de nuestra renta.