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El anuncio de la compra de un 9,90% del capital de Telefónica por parte de STC Group, que es propiedad del gobierno de Arabia Saudí, está siendo muy comentada en los mercados. A pesar de tratarse de una inversión especulativa y no estratégica para el gobierno saudí (o eso parece hasta ahora) ha levantado una gran polémica. Se trata de una entrada significativa de un propietario extranjero (además de un país sin democracia y con leyes contrarias a determinadas sectores de la población) en una empresa de un sector de alto valor estratégico como son las telecomunicaciones.

En España existe una ley anti-OPAs para evitar situaciones de este tipo. Realmente, la compra de Arabia Saudí no es una OPA (Oferta Pública de Adquisión) al no ofertarles la compra a los accionistas de Telefónica para que estos vendan directamente a STC sin pasar por el mercado. En este sentido, todo inversor que sobrepase el 25% de una compañía cotizada debe hacerlo de esta forma y la entrada de Arabia Saudí no ha sido el caso: se ha comprado en el mercado la mitad y la otra mitad vía derivados. Tampoco cumpliría la condición de ser una compra del 10% para que el Gobierno pueda vetar esta operación. Es cierto que en dicha ley existe una disposición por la cual se podría inmiscuir en caso de superar el 5% para empresas estratégicas en el ámbito militar o de defensa, algo que a todas luces no se da aquí. De momento ha sido una buena noticia para los inversores: tras años de penuria están viendo como la confianza de Arabia Saudí le está reportando un 6% de rentabilidad en pocos días.

Otra española protagonista ha sido Inditex (holding propietaria de Zara, Bershka, Stradivarius, Pull & Bear o Massimo Dutti). Este pasado miércoles ha presentado unos resultados extraordinariamente positivos: su beneficio se incrementó en un 40% de un semestre a otro, a pesar de «ralentizar el ritmo de subidas de precios». La presentación de resultados de Inditex siempre es una noticia. Por una parte, porque lo presenta «fuera de temporada» y por otra porque la reacción del mercado suele ser desproporcionada y, normalmente, negativa a muy corto plazo. En esta ocasión no ha sido diferente y el mismo miércoles las caídas fueron fuertes a pesar de mostrar unos números impresionantes. Esto ha hecho que se perdiera puntualmente los máximos históricos que había conseguido esta semana, niveles relevantes cara a conocer el futuro cercano de la empresa.

Por otra parte, también los bancos han tenido su importancia: la reunión del Banco Central Europeo del pasado jueves y el impacto en un Euribor que está cayendo en las últimas semanas, afecta a sus números y hemos visto recortes tanto en BBVA o Santander, eso sí, apoyándose en soportes importantes como son los 6,80 y 3,34 respectivamente. Otras empresas que están viendo como factores afectan a su cotización de forma relevante pueden ser Repsol que, muy beneficiada por la subida del precio del petróleo, se está acercando a sus máximos de 15,50 o Amadeus que, a pesar de la buena temporada turística, ha perdido los soportes de 64,50-62,50. La temporada post estival está siendo muy activa en noticias sobre las que habrá que estar muy pendientes para examinar el devenir de las bolsas.