La historia de Frutos Secos Ibiza es la de una empresa familiar que ha sabido adaptarse a la evolución del tiempo. Vicente Madrid y su padre fundaron la empresa hace ya 45 años en Eivissa en un local muy pequeño con dos sartenes, un horno y una máquina de cerrar bolsitas. Así fue como empezaron a vender cuatro productos (almendra, cacahuete, pistacho y un mix de frutos secos) y en la actualidad ofrecen más de 500 referencias propias y otras 1.500 de distribución, además de contar con una plantilla de más de 40 trabajadores. "Empezamos dando servicio a tiendas de barrio y cuatro bares y, poco a poco, fuimos creciendo. Hoy en día distribuimos nuestros productos a todo tipo de clientes en la isla, desde bares de barrios a tiendas, incluidas las nuestras, restaurantes, hoteles, supermercados... y lo más bonito es que distribuimos también nuestros productos en toda España", precisan. En este sentido, tanto en Balears como en la Península trabajan mediante distribuidores con los que llevan tiempo "y cada año mejoramos en facturación, crecimiento y posicionamiento en los lineales. Contamos con una gran fábrica propia en Eivissa, tenemos también nuestra propia factoría en Valencia y nuestra distribuidora en Barcelona porque si queríamos crecer era preciso hacerlo desde varios puntos neurálgicos del país, respetando siempre nuestro origen y esencia".
Actualmente, la tercera generación de la familia está al frente del negocio. "El relevo generacional empezó hace 15 años y ha sido progresivo, lo que ha ayudado a que fuera más sencillo. Tanto mi hermano como yo llevamos toda la vida en la empresa y hemos trabajado todos los veranos aquí mano a mano hasta llegar donde estamos. Es importante esa transición en la que la segunda y tercera generación conocen la empresa desde abajo para ir escalando peldaños", explica Saúl Madrid, quien precisa que lo mejor de trabajar en familia es repartirse las tareas y "poder apoyarnos y consultárnoslo todo". En la cara opuesta relata que lo peor de trabajar codo con codo con la familia es que "cuando tenemos opiniones distintas en un asunto determinado. Por suerte, esto nos ocurre muy poco y, además, somos bastante comprensivos, por lo que somos un equipo en el que todos sumamos".
Y es que precisamente lo que diferencia a Frutos Secos Ibiza de cualquier otra empresa que se dedique a los mismos productos es que ellos producen a diario, por lo que no almacenan producto. "Eso hace que cuando el cliente adquiere nuestros frutos secos y los prueba percibe que están recién hechos, recién horneados y ese sabor es único", indican. Además, apuestan siempre que pueden por el producto local, como es el caso de la algarroba y la almendra ibicenca, que son "la base" de muchas de sus elaboraciones". En el caso de la algarroba (tradicionalmente, este fruto se daba a los animales para comer), reconoce que están haciendo "un trabajo muy duro porque su difusión es más compleja". Con el paso de los años, la algarroba se ha convertido en un sustituto del azúcar, por lo que es un producto indispensable en cualquier despensa bio o saludable.
"En el mundo ‘bio' hay mucho avance con esto y hay distribuidores en España y fuera de España que están acogiendo estos productos con muchas ganas y dándoles mucho valor. Es un edulzante más saludable y sabroso que el azúcar, menos invasivo con el entorno y, encina, es sostenible. Nosotros lo tenemos y, por eso, lo defendemos y usamos en muchas de nuestras elaboraciones", apuntan. De hecho, el sirope Ibiza Carob es uno de los deliciosos productos que ofrecen, además de los chocolates Exquisite, que están elaborados a base de algarroba en polvo y cacao y que cuentan con combinaciones tan suculentas como chocolate de algarroba, chocolate con licor de hierbas ibicencas o chocolate con almendra molida de Eivissa. Según relatan, mantienen varias líneas de trabajo. Una de ellas es la más tradicional "con nuestras legendarias Papas Vicent, que mantienen su imagen y sabor, pero las hemos adaptado a packagings más sostenibles". Por otro lado, han creado nuevas líneas de productos "un poco diferentes, aromatizadas con nuevos sabores, rebozados... y con una imagen más moderna, elegante y fresca".
CRECIMIENTO. En todo este tiempo, Frutos Secos Ibiza ha ido creciendo y se ha adaptado al mercado. "Ha sido una carrera de 45 años dura, con épocas complicadas y otras con muchas alegrías. A día de hoy nos hemos convertido en una empresa familiar reconocida en ámbito nacional y que lleva el nombre de Ibiza por todo el mundo y eso es algo que hace que todo haya merecido la pena". indica Madrid, quien explica que defienden la "esencia mediterránea en la que siempre hemos basado nuestros productos, ofreciendo mucha calidad. Esa calidad es indispensable; parece muy estándar, pero es real. Si queremos producir, fabricar cada día y llegar a los clientes con un producto recién hecho, debemos velar porque sea el mejor y al final esa es nuestra misión: que todas las personas que prueban nuestros productos disfruten de ellos tanto como nosotros elaborándolos".
NUEVAS TECNOLOGÍAS. Esta empresa familiar siempre ha apostado por las nuevas tecnologías. "Mi padre ya era un visionario con esto y, por ende, nosotros hemos continuado. Tenemos a dos personas en plantilla que dedican toda su jornada a la gestión de las redes sociales, a crear contenido disruptivo que muestre nuestra filosofía y a actualizar nuestra web para que sean herramientas que difundan nuestro trabajo". Por el momento, no cuentan con venta online, pero están trabajando en ello. "Recibimos peticiones de muchos clientes de todo el mundo. Se trata en la mayor parte de los casos de turistas que nos conocen en verano, que prueban nuestros productos y que nos escriben cuando llegan a su país para convertirlos en parte de su dieta", afirman. Y es que, tal y como recuerdan, los frutos secos son parte de la dieta mediterránea "y nuestra esencia es ponderar la dieta mediterránea y difundir los sabores de nuestra isla por el mundo". Un trabajo que realizan con éxito, pues venden sus productos mediante distribuidores en países como Alemania, Francia, Bélgica, Holanda o Estados Unidos, entre otros. Precisamente, el hecho de estar y tener fábrica propia "es una suerte; ayuda a que mucha gente de otros países conozca nuestros productos sin salir de aquí y que tengamos una mayor repercusión. Gracias a esto podemos romper con esa estacionalidad que tiene intrínseca la isla y estamos exportando a muchos países".
EL FUTURO. En cuanto al futuro, tras haber "sufrido mucho como empresa y como equipo" con el covid, se supieron reponer. "Hoy somos más fuertes y estamos más cohesionados que nunca. La empresa está en un gran momento de crecimiento, de expansión y desarrollando nuevas líneas de producto. En este 45 aniversario nos sentimos más jóvenes y llenos de energía que nunca y estamos dando vida a nuevas creaciones para seguir ampliando el mercado, sobre todo de cara a la exportación", señalan. Tienen claro que el relevo generacional debe continuar: "Nuestro sueño es que nuestros hijos sigan con este proyecto familiar y puedan celebrar nuestro centenario por todo lo alto", afirma Saúl Madrid, quien concluye que tanto su hijo como el de su hermano mediano ya se pasean por la empresa "como por casa".