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Parece que un cambio de ciclo se quiere imponer en las bolsas, penalizando más a los valores de crecimiento (growth) y beneficiando a los cíclicos (que no así a los defensivos). Este movimiento está afectando sobremanera a las bolsas americanas ya que, como no podía ser de otra manera, son las que más peso tiene en los sectores tecnológicos de crecimiento.

Mientras la COVID-19 y sus confinamientos provocaron revalorizaciones impresionantes de valores relacionados con la informática (tanto hardware como software), con el teletrabajo, con la comida a domicilio, con el ecommerce o con ocio desde casa (consolas, videojuegos, suscripciones a plataformas de televisión…) el fin de la COVID está girando las tornas.

Las subidas de tipos de interés oficiales que ya son un hecho en Reino Unido o Noruega y lo serán pronto en Estados Unidos, y los reales que lo son en todo el mundo, están penalizando al sector.
El argumentario que defiende esta idea son dos puntos: por una parte porque suelen ser empresas más endeudadas y por otra porque las valoraciones de beneficios se deben hacer a más largo plazo con lo que hay que descontar intereses más altos.

Siendo ciertos estos factores, también lo es que las empresas tecnológicas no son como las de antes: muchas ya presentan beneficios y además muchas ya son cíclicas. Tecnología bancaria, publicidad online personalizada gracias al big data o software empresarial son algunos ejemplos de tecnología que funciona mejor con crecimiento económico.

Por lo tanto, dejarse llevar por argumentos tan simples puede ser un error. Si a eso le añadimos que los recortes en algunos casos están siendo lo suficientemente altos como para considerar que el mercado ya lo ha descontado, se podría pensar que el cambio de ciclo no es tal o que haya sido corto.
Viendo los resultados del último trimestre y las perspectivas de las empresas, parece que esta última posibilidad no se puede descartar. Además hay que tener en cuenta a la hora de invertir en bolsa americana que no todo es tecnología, se trata de un mercado muy potente en otros sectores como, por ejemplo, el bancario o energético.

En cualquier caso, como en otras ocasiones, el inversor puede buscar soportes para, si se respetan entrar o protegerse si se pierden. Siempre teniendo en cuenta que la actual volatilidad puede hacer que los movimientos sean más bruscos, por lo tanto los soportes deben ser más sólidos de lo habitual para evitar pasos en falso.

El índice menos tecnológico, el Dow Jones, es el que menos ha sufrido pero también ha sido penalizado hasta niveles de soporte situado en 33.800: ya aguantó en estos precios varias veces en 2021 con lo que parece muy sólido. En caso de perderlo ya habría que ir a los preCOVID sitos en 29.500.
El S&P también ha aguantado un nivel importante: los 4.300, tras haber perdido hace unos días los 4.540. Por lo tanto ya hay dos referencias a las que se pueden añadir los 3.950 si continuara cayendo, o los 4.800 (actuales máximos históricos) si retomara las subidas.

Más soportes ha roto estos días el Nasdaq: respetando de momento los 14.000; debería recuperar los 15.700 y los máximos históricos entorno al 16.600 para afianzar la tendencia.