- Durante el pasado verano se habló mucho de saturación turística, de masificación, ¿es una sensación o una realidad?
- No hay ninguna duda de que pueden darse casos de saturación, puesto que los incrementos en el número de turistas llegados a Balears son habituales.
- Pues es una realidad.
- Existe, es una evidencia. La saturación es muy perjudicial. Las autoridades, conjuntamente con los empresarios, deben adoptar soluciones. Políticos y hoteleros debemos entendernos. La masificación afecta especialmente a Palma. No puede ser que los cruceros lleguen todos el mismo día. Deberían llegar de forma escalonada.
- ¿Podríamos decir que sobran turistas en verano y faltan el resto del año?
- Podemos asegurar que la temporada media ha sido muy buena este año, tal y como sucedió en 2016. Necesitamos que nuestro personal pueda trabajar seis o siete meses como mínimo. Es imprescindible.
Existe unanimidad en considerar que los hoteles han visto reducida mínimamente la ocupación, pero han vendido sus plazas a precios más elevados, así que la temporada ha sido excelente.
Es así. Ha habido un pequeño decrecimiento, pero los ingresos han sido superiores, aunque los gastos también crecen.
- ¿Se está quejando?
- No. De ninguna manera.
- Hubo un rápido acuerdo en la negociación del convenio de hostelería.
- Yo defiendo que los trabajadores han de ganar dinero y han de verse beneficiados por las buenas temporadas que hemos tenido. Me molesta mucho que la gente piense que el empresario solo mira por su empresa. No es cierto. Hemos de aplicar el sentido común. Si nosotros tenemos unos años buenos, también han de ser buenos para los trabajadores. Ahora bien, se ha de considerar que no todos los hoteles son iguales. Hemos de ser razonables.
- Hace ya algunos años se criticaba a los hoteleros de Balears que invertían fuera; hoy, gracias al dinero ganado lejos de las Islas, pueden modernizarse los hoteles de aquí.
- Nosotros fuimos muy criticados porque invertíamos fuera. Mallorca no necesitaba más hoteles. Hoy, estamos invirtiendo mucho en renovar y modernizar nuestros establecimientos. Nuestro negocio es doble: de inversión inmobiliaria y de rentabilidad hotelera.
- ¿Cómo valora que la modificación de la Ley del Turismo haya suprimido las ventajas que tenían para remodelar y modernizar los establecimientos turísticos en zonas maduras?
- Yo siempre defiendo que debe aplicarse el sentido común. A todos los políticos siempre les digo que todos buscamos lo mejor para las Islas.
- ¿Y que se haya decidido duplicar el impuesto turístico?
- El sector turístico balear contribuye con más de 2.500 millones de euros anuales al mantenimiento del estado de bienestar, construcción de infraestructuras y soporte del gasto público. Se tiene que racionalizar el gasto público, solucionar los problemas de financiación autonómica, pero nunca restar competitividad al principal sector económico de nuestras islas. Por tanto poner impuestos turísticos, peor aún aumentarlos, es un gravísimo error del que tarde o temprano nos arrepentiremos.
- No me rehúya la respuesta, ¿qué le parece que se haya duplicado el precio del impuesto turístico?
- Me parece mal. Cualquier impuesto que no esté justificado me parece mal. Y lo peor es que el impuesto turístico no esté controlado por una entidad en la que los hoteleros tengamos una representación mayoritaria. De la misma manera que los hoteleros han aceptado un aumento muy importante en los convenios laborales, el Govern balear debería revisar el doblar el impuesto ecológico.
- ¿Debe prohibirse el alquiler vacacional?
- Yo creo que el alquiler vacacional es inevitable. No puede pararse. Eso sí, debe regularse. Deben pagar los impuestos como hace todo el mundo.
- ¿No es partidario de prohibirlo?
- No. No me gusta prohibir. Si el Govern piensa en un momento determinado que debe limitarse porque hay un exceso de oferta ya lo hará. En principio, debe regularse para que todos podamos competir en igualdad de condiciones.
- El año pasado aparecieron los primeros signos de turismofobia, que durante la temporada pasada se han visto confirmados.
- En todas las sociedades hay una minoría de gente que protesta por todo. En España, son mucho más habituales las críticas que las alabanzas. En Balears, las cadenas importantes son, en general, de carácter familiar. Somos gente que trabajamos muchas horas y que invertimos nuestros beneficios en la propia empresa. Sin embargo, mucha gente nos critica por pura envidia.
- ¿El acto de Arran en el que lanzó confeti en la terraza de un restaurante puede catalogarse de una anécdota?
- Es una anécdota, pero deberíamos parar este tipo de actos. Las autoridades deberían ser muy firmes.
- ¿Es posible la desestacionalización?
- Se han de hacer esfuerzos para desestacionalizar. De hecho, en las últimas temporadas se han dado pasos en este sentido. Lo que no podemos hacer es soñar utopías. Puedes tener un hotel abierto todo el año en el Caribe o en Canarias, pero en Balears es complicado. Hemos de ser realistas.
- ¿Cual es el objetivo? ¿Mantener abierto durante ocho meses?
- Hemos de intentar llegar a los nueve meses, pero también hemos de ser conscientes de que no hay gente para todo el mundo. Debemos asegurar una buena temporada de seis meses e intentar avanzar hacia la desestacionalización. La ciudad de Palma es un polo de atracción en temporada baja, que debe dinamizarse. De hecho, nos hace ilusión tener un hotel en la ciudad y seguramente lo haremos.
- Gran parte de sus hoteles son todo incluido.
- El todo incluido es una demanda. Son las mejores vacaciones que puede tener un turista cuando viene a Balears. Tienen resueltos todos los problemas. El todo incluido, en todo caso, ha de ser de calidad. Y el Govern debe vigilar que sea así.
- ¿El todo incluido debe ser siempre de calidad?
- Efectivamente.
- ¿Debe limitarse el numero de coches de alquiler?
- Sí. Normalmente, los empresarios defendemos la liberalización, pero considerando que nuestras carreteras son limitadas y la proliferación exagerada de coches de alquiler, es evidente que debe hacerse algo.
- Y el número de plazas hoteleras, ¿debe existir un decrecimiento?
- No. En Mallorca, si miramos los últimos 15 o 20 años, no se han construido una gran multitud de hoteles. No hay un exceso de oferta.
- ¿Ha cambiado mucho la forma de comercializar el producto?
- Muchísimo. La venta por internet cada día es más importante.
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