El dron DJI Neo. | Europa Press

TW
0

Encontrar un dron que contase con las tres 'B' (bueno, bonito y barato) no es algo fácil. Hasta ahora teníamos los drones profesionales, que requerían de una importante inversión por parte de los usuarios, y otros dispositivos que casi se podrían meter en la categoría de 'juguetes', con los que hacer algunas tomas básicas que quedaban lastradas por su baja calidad.

Si alguien podía ofrecer un producto de entrada a esta categoría era DJI y así es como ha llegado al mercado el DJI Neo: 199 euros, un manejo sencillo, tamaño compacto y calidad 4K para que cualquiera pueda acceder a surcar los cielos con su dron, poniendo el foco especialmente en los creadores de contenido, que ya no necesitarán nociones de pilotaje para hacer planos espectaculares. Hemos podido probarlo y estas son nuestras primeras impresiones.

Y es que con DJI es tan sencillo como pulsar un botón, seleccionar el tipo de vídeo que quieres hacer y colocar el dron en la palma de la mano para que se eleve y empiece a grabar. Aunque se ha diseñado para usarse sin un control remoto adicional, también puede combinarse con la aplicación DJI Fly, controles remotos, RC Motion y DJI Goggles, e incluso usarse mediante control por voz.

Pero lo que marca la diferencia son sus seis modos de grabación automatizados: Dronie, la aeronave vuela hacia atrás y asciende, con la cámara fija en el objetivo, y graba un vídeo; Órbita, el dron vuela en círculo alrededor del objetivo; Cohete, el dron asciende con la cámara apuntando hacia abajo; Spotlight, el dron gira alrededor del objeto de interés, manteniéndolo en el encuadre; Espiral, el dron asciende y gira en espiral alrededor del objetivo; y Boomerang, el dron vuela alrededor del objetivo describiendo una trayectoria ovalada; asciende mientras se aleja del punto de origen y desciende mientras vuela de regreso.

No va a llegar a la calidad de sus hermanos mayores (como DJI Mini, por ejemplo) en estas tomas, que, además, -en el caso de los modos Dronie o Cohete- tienen mucho más limitado la altura o la distancia de desplazamiento (hasta los 10 metros), pero es una solución interesante para aquellos creadores de contenido que primen la sencillez y rapidez a la hora de grabar este tipo de vídeos.

El tamaño, clave para popularizar su uso

Otro aspecto a favor para que cualquier usuario pueda empezar a usar este tipo de dispositivos es su peso y tamaño, que hacen que se pueda llevar cómodamente en cualquier mochila (o, incluso, en un bolsillo): 16x13x4 cm y 135 gramos de peso. Además, al estar las hélices protegidas por una cubierta de plástico es muy complicado que se enreden o se golpeen.

Pese a su tamaño, sorprende la buena estabilización que consigue en situaciones de viento normal (nos genera más dudas en los días ventosos), pero no se acerca a la definición de los drones 'tope de gama' de la marca. Para redes sociales todo está bien, pero el salto a YouTube o a producciones más profesionales puede ser un problema.

También debido a su tamaño, la batería se ve algo comprometida. Según DJI tenemos unos 18 minutos de autonomía y en las primeras pruebas sí que nos acercamos a ese tiempo de uso (digamos que entre los 15 y 18 minutos para ser más concretos). Por ello, conviene tener más de una batería y eso eleva el precio final. 199 euros es una ganga, pero los 349 euros del Pack DJI Neo Vuela Más (con tres baterías con estación de carga y el mando RC-3) hacen que valoremos si merece la pena invertir algo más e ir a por un modelo superior.

Otra cosa que se echa de menos son los sensores de colisión que tienen otros modelos de la compañía y que evitan choques con elementos que puedan cruzarse en su camino. Volar un dron siempre da algo de respeto para quienes no son profesionales y, aunque los modos básicos no deberían dar problemas, si los usuarios menos experimentados empiezan a volar por libre es posible que muchos más drones acaben atrapados en lo alto de los árboles.

El envío de imágenes del dron al 'smartphone' es tan sencillo como siempre y bastará con conectar ambos dispositivos vía WiFi y abrir la app de DJI. Además, desde la aplicación del móvil los usuarios podrán grabar el audio (que eliminará automáticamente el ruido de las hélices) y conectar con los micrófonos de la marca para lograr una mayor nitidez.

A modo de resumen y para cerrar esta primera review, estamos ante un dispositivo único en el mercado por su calidad, tamaño y precio. DJI ha hecho una gran apuesta por democratizar el uso de los drones, llegando a usuarios que no necesitan tener ninguna noción al respecto y con un precio bastante interesante: 199 euros. Con una buena campaña de marketing es posible que se convierta en uno de los regalos estrella de estas Navidades. ¿El problema? Que la gente se canse de ver y grabar tantos planos iguales en las redes sociales y acabe tirado en un cajón de casa. El tiempo dirá.