Aterrizó en el negocio en plena pandemia de la COVID-19, en el año 2021, con la ayuda de las subvenciones del Consell para mujeres emprendedoras que quieren montar su propia empresa. Cuatro años después, Daniela Rueda Burriel ha estado a punto de echar el cierre. «Los mallorquines prefieren gastar en ocio que en la muerte», dice. Aunque como con todo no se puede generalizar. Su empresa demuestra que siempre existe una excepción a la regla.
Rueda es la primera funeral planner de Mallorca, un oficio que despunta dentro y fuera de España. «Si continúo es porque estoy convencida de que alguien tiene que prestar ese servicio», dice. En el último año ha ejercido como planificadora de ceremonias en la funeraria de Palma.
Desde que la funeral planner comenzara a prestar sus servicios, la funeraria de Palma ha ofrecido a los ciudadanos la posibilidad de lanzar sus cenizas al mar, una práctica no exenta de controversia. El Real Decreto 218/2022, de 29 de marzo, obliga a presentar una declaración responsable en la Capitanía Marítima para esparcir cenizas en el Mediterráneo. Exige además el uso de urnas biodegradables. Se deben respetar las normativas ambientales y de velocidad de las embarcaciones que participen. En el caso de no cumplir con estos requisitos la multa puede ser de hasta 300.000 euros.
«El esparcimiento de cenizas es el servicio que más me piden los familiares. Es complejo porque hay distintas normativas que afectan al Mediterráneo, pero si la funeraria de Palma ofreció el servicio es porque tiene el ok. El 90 % de las personas solicita esparcir las cenizas en el mar. El resto me piden ideas, algunos lo hacen en el jardín o en el bosque y plantan un árbol», relata la especialista.
El abanico de posibilidades es variado y se actualiza continuamente.«Hay una empresa valenciana que tiene fuegos artificiales para las cenizas. Hasta ahora no me lo ha contratado nadie pero tengo amigos que ya me han dicho que tienen muy claro convertirse en fuegos artificiales cuando mueran. Meten las cenizas en el cartucho y no son muy caros. Cuesta alrededor de 300 euros», dice Rueda.
La mallorquina colabora además con una empresa Suiza que convierte en un diamante las cenizas de los difuntos. El servicio vale entre 4.000 y 8.000 euros. La opción alternativa más económica es introducir las cenizas en unas pulseras o collares huecos que se venden entre 30 y 80 euros.
A medida que la Iglesia católica pierde fieles, en Mallorca crece el número de personas que quieren despedir a sus familiares con una ceremonia civil. Son los que más demandan el servicio de Funeral Planner, aunque también los hay creyentes que quieren un funeral personalizado.
«Cuando yo tenía 20 años mi madre falleció por una metástasis, dejó muy claro que no quería una ceremonia religiosa, era muy organizada y habló con una amiga que es monja budista para que hiciera de oradora, pero nos encontramos con que justamente en el momento de la muerte esta amiga estaba de retiro espiritual ilocalizable. Llegamos a la funeraria y estábamos solos. Me acuerdo que pedí un orador laico y me dijeron que no había, que contratara a algún actor. Era el año 2006. Nos quedamos en shock», relata Daniela Rueda.

A partir de ese momento fue fraguando la idea de convertirse en la primera funeral planner de las Islas. Desde que constituyó la empresa en 2021 ha tenido solicitudes de servicio muy variadas. Las más complicadas y emotivas son las que afectan a niños o a personas que se suicidan.
«Los casos de menores o suicidios son siempre los más impactantes para la familia y el entorno. Hay que tratarlos de forma delicada y darles el espacio que requieren para el duelo, íntimo y entrañable. En esa semana terrorífica encontrarán un momento bonito que recordar», añade la especialista.
Lo que mejor le funciona es el «boca a boca» aunque también la contactan las funerarias cuando los clientes piden un servicio que no tienen en catálogo. Si la ceremonia es en el tanatorio y solo precisan de un orador el precio es de unos 300 o 400 euros. «Entrevistamos a la familia y escribimos un texto personalizado para despedir al difunto a partir de sus experiencias nunca trabajamos con plantilla. Cada ceremonia es un homenaje, no un funeral a granel y tiene que ser única. Si se añaden otros servicios el precio va subiendo. Un músico cuesta 300 euros, dos 500. Si se quiere celebrar en el exterior se puede alquilar un agroturismo por unos 400 euros.
Hasta ahora las aseguradoras no se han sumado a este tipo de demanda. «Les interesa ofrecer el servicio, pero implicaría elevar el coste y ellas compiten por su precio en el mercado. Tendría que incluirse en un 'seguro gold' de decesos», dice la funeral planner. Su recomendación es «dejar una cuenta bancaria y dinero para cubrir los gastos de su ceremonia final, dejando claro a su familia que es lo que quieren. Así uno decide. Puedes dejar 3.000 euros para un fiestón o si quieres algo más sencillo que la familia no se tenga que comer la cabeza, para que esos días tan difíciles no tengan que estar tomando decisiones. Al final es como un wedding planner, lo que hace es quitarte responsabilidades», concluye.
11 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
Que tristeza, hasta la muerte convertida en negocio... y tener que pagar para un discurso de un extraño... triste e impersonal...
Con razón ningún extraterrestre se para en la tierra! Vamos a la autoextincion como seres vivos
Esto es cosa de los "nuevos residentes", si, esos que nos gentrifican.
manu menorcaEl fútbol tampoco, y ahí lo tiene...
... me quedo con una obviedad que la gente no es consciente todavía, y es que las confesiones religiosas están en franco declive no, en recesión imparable diría yo... y eso es bueno, no las necesitamos...
Hem arribat a la cúspide de la destrucció cultural.
Lo millor és fer sentir a la gent que si no fan un funeral chupiflower és que no estimen al mort, no és molt ètic però vivim al cappitalisme sense moral
Menuda yankeeada! Mientras haya carroña habrá cuervos, dice la cita popular.
Como Stalpatio¿Y no hay encuesta de satisfacción? Tipo "valore el servicio del 1al 10..."
También hay que convertir la muerte en una "experiencia" única. Pero no creo que nadie quiera repetir.