La experta en Psiquiatría adulta e infantil de Sanitas, Belinda Manzano, ha advertido de que los petardos y los fuegos artificiales pueden llegar a tener un gran impacto en adultos y niños con trastorno del espectro autista (TEA), que en España son más de 470.000, y que pueden llegar a sufrir ansiedad, miedo e incluso crisis sensoriales.
«El sonido de los petardos no solo es estruendoso, sino que también es impredecible y de corta duración, lo que dificulta que el cerebro se adapte a él. Para una persona neurotípica, el cerebro puede filtrar estos sonidos y categorizarlos como no amenazantes, pero en las personas con TEA el sistema sensorial los percibe como una invasión intensa e incontrolable, donde la persona pierde la capacidad de gestionar su entorno de manera efectiva», ha explicado Manzano.
Para reducir el impacto de los petardos, especialmente en estas fechas en el que su uso es tradición para muchas personas, la especialista ha recomendado usar protección auditiva, y es que dispositivos como auriculares con cancelación de ruido o tapones para los oídos ayudan a reducir la intensidad del sonido. «En algunos casos, acompañar la protección auditiva con música relajante o sonidos suaves ayuda a desviar la atención de los ruidos fuertes, creando un ambiente más tranquilo», ha añadido.
Otra de las opciones para mitigar el sonido de los petardos es crear un «espacio seguro» dentro del hogar, en el que se incluyan luces suaves, mantas o juguetes sensoriales, de forma que proporcionen comodidad, así como dispositivos como tabletas para escuchar música relajante o ver vídeos. Del mismo modo, se deben anticipar los acontecimientos, pues explicar lo que sucederá con antelación puede contribuir a reducir la ansiedad, tal y como ha explicado la psicóloga de Blua de Sanitas Delia García.
«Una estrategia útil para ayudar a las personas con autismo a manejar el ruido de los petardos es la de sensibilización gradual. Escuchar grabaciones de petardos a un volumen bajo y ver videos que muestren el evento a un ritmo controlado puede ser de gran ayuda. Esta exposición les permite familiarizarse con el sonido y la visión de los petardos en un entorno seguro y predecible. Al anticipar lo que sucederá, la persona aprende a gestionar mejor la ansiedad y las posibles reacciones frente al ruido intenso cuando se presenta en situaciones reales», ha señalado.
La práctica de técnicas de regulación sensorial, como ejercicios de respiración profunda o el uso de objetos táctiles (pelotas antiestrés o plastilina sensorial), son eficaces para reducir la ansiedad, y en algunos casos también pueden ayudar los movimientos rítmicos como caminar en patrones repetitivos, pues proporcionan una sensación de estabilidad.
Por último, han recomendado evitar la exposición directa al ruido, lo que implica permanecer en zonas alejadas del epicentro del ruido o planificar actividades alternativas durante los momentos de mayor actividad con petardos, lo que ayudará a proteger a las personas con TEA y contribuirá a crear un ambiente más respetuoso e inclusivo para toda la comunidad.
1 comentario
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Tan dificil es prohibirlos y seguir la fiesta sin ellos?