TW
1

El paso del colegio al instituto es un momento crucial en la vida de los pequeños, que cambian de centro, de horarios, de profesores, de algunos compañeros... Para muchos supone la primera vez que cogen un medio de transporte o caminan solos por la calle, que llevan las llaves de casa o que tiene que comer en solitario. Actualmente se realiza entre los 11 y 12 años, con el paso de Primaria a la ESO, cuando los adolescentes son, por naturaleza, más búhos que alondras, y, además, se encuentran en plena evolución madurativa. ¿Es esta edad demasiado temprana? Los expertos abogan por unificar toda la etapa de educación obligatoria, desde los seis y hasta los 16 años, y consideran que el paso a la ESO fue "un gran error" porque "se realizó con pocos recursos".

El debate vuelve a estar de actualidad por el reciente anuncio de la Comunidad de Madrid, que "está trabajando para incorporar desde el próximo año escolar 2025-2026 las enseñanzas de 1º y 2º de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en los colegios públicos de Infantil y Primaria de toda la región". Esta idea supondría ampliar el número de Centros de Educación Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria (los llamados 'Ceipso', ya existentes en muchas zonas rurales para evitar el desarraigo o la despoblación) y acercarse al anterior sistema de la EGB, cuando el alumnado completaba la etapa de la educación básica entre los seis y 14 años, y comenzaba el instituto dos años más tarde de lo que se hace en actualidad.

Para Ana Cobos, presidenta de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España (COPOE), habría que "unificar toda la etapa educativa obligatoria", es decir, cursar toda la Primaria y la Secundaria en un mismo centro, al tiempo que asegura que el fracaso escolar "se evita disminuyendo las ratios y dedicando más recursos".

Cobos explica a 20minutos que los niños de entornos más vulnerables que hayan repetido varias veces y cumplan los 16 años, a la hora de cambiar del colegio al instituto, si ello supone el traslado a otra localidad, "el niño se queda en su casa y no va". Esto supondría "asumir un fracaso escolar de los más débiles". Por ello, defiende que "todos tienen que tener la oportunidad de llegar a 3º y 4º de la ESO".

Su compañero en la COPOE y presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, Juan Antonio Planas, considera que "fue un error eliminar la EGB para hacer una ESO con pocos recursos, que es lo que ha sucedido. Los chavales de 12-13 años estaban mejor ubicados con niños de Primaria que con ya más mayores, porque no tienen esa madurez". En su opinión, "lo único que hicieron fue trasladar a los alumnos del 7º y 8º de EGB a los institutos, a 1º y 2º de la ESO" y ello resultó en juntar a "niños de 12 años con otros mucho más mayores de Formación Profesional y Bachillerato, eso fue fatal para esa hornada de alumnos". Además, señala, con la ESO, los escolares comienzan a cambiar de profesor con cada material, profesores que son "mucho más exigentes" porque están acostumbrados al alumnado de Bachillerato y que "no se adecuaban a los niños más pequeños".

Para Planas, el cambio de la EGB a la ESO se realizó "desde la óptica de las grandes ciudades" y no se tuvo en cuenta que "España es mucho más variopinta. Por todo el país hay pueblos muy pequeños y, ¿qué es lo que se consiguió? Que si había centros rurales precarios, con pocos alumnos, al quitarles dos grupos de 7º y 8º, algunos tuvieron que cerrar". En este punto, agrega que los niños de zonas rurales tienen que levantarse muy pronto para desplazarse en autobús por carreteras con hielo o nieve para llegar a las ocho de la mañana al instituto.

Infantil, "al ritmo de Primaria"

En este sentido, el profesor de Sociología de la Educación de la Universitat de València, Daniel Gabaldón, que ha estudiado que los adolescentes rinden más por las tardes, considera que "el sistema que mejor se adapta a la evolución de los críos es el sistema que tienen por ejemplo en Noruega, Finlandia o Estonia, donde la etapa obligatoria son unos nueve cursos y va desde los siete hasta los 16 años. Creo que fue una mala idea no solamente cortarles el ritmo a los chavales a los 12 años y mandarlos a Secundaria, con gente que ya es bastante más mayor, sino también fue un mal paso incorporar Infantil a los centros de Primaria, con profesorado que viene muchas veces con una mentalidad de Primaria y no de Infantil", una etapa que el experto considera que ha de basarse más en los cuidados que en el aprendizaje.

"La organización [de los Centros de Educación Infantil y Primaria] no es la adecuada. Se les corta la fiesta demasiado pronto, no tiene suficientes espacios de naturaleza y de juego al aire libre para desarrollarse, y hay unas rutinas y unos ritmos de campana que someten a los de Primaria que se acaban imponiendo también a los de Infantil. Ellos no necesitan más que dos o tres horas de estimulación por la mañana, tiempo para comer tranquilamente y para hacerse una siesta, y luego tener juego al aire libre por las tardes, pero se les está sometiendo a clases por la tarde porque tienen que repetir el horario que hacen los maestros de Primaria", continúa Gabaldón.

Los especialistas consultados por 20minutos señalan que los primeros cursos de la ESO son los que mayores tasas de absentismo y repetición se dan, y que además son los más complicados de gestionar para el profesorado: "Dan mucho problema porque están en la adolescencia, una etapa muy compleja en la vida". Las repeticiones y los fracasos "no se evitan sacando a los niños de los institutos, sino poniendo más recursos para que los niños de 1º y 2º puedan ser atendidos. Habría que pensar en otras medidas más pedagógicas como, por ejemplo, bajar la ratio y poner más recursos. En mi instituto, el IES Ben Gabirol de Málaga, en 1º de la ESO tengo 30 alumnos. ¡30! ¿Sabes lo que son 30 niños de 12 años? Hace 70 años podían estar 30 y 40 niños en un aula porque eran sistemas educativos uniformes donde el niño que podía tirar para adelante, seguía, y el niño que no, se iba y nadie preguntaba por él. Pero ahora queremos sacar el máximo partido de cada niño. Queremos optimizar las potencialidades de cada persona", describe Cobos.

Ventajas de empezar más tarde el instituto

El director del área de Educación de Funcas, Ismael Sanz, apunta que los alumnos cambian "muy pronto" del colegio al instituto y anota un estudio de la Universidad de Yale (EEUU) ha demostrado que este paso, en el que pierdes amigos, "tiene el efecto de reducir en torno al 10% el rendimiento académico. Está bien conocer a nuevos compañeros porque es lo que te va a ocurrir en la vida y tienes que aprenderlo, pero con 12 años es pronto". Sanz destaca que empezar más tarde el instituto tendría ventajas como prolongar el periodo en el que los escolares disponen del servicio de comedor, que sí se encuentra en los colegios, y que se evitarían desplazamientos en transporte público, lo cual implica madrugar más en una etapa en la que, como aseguran los expertos, los adolescentes se acuestan muy tarde y se despiertan muy pronto.

Sanz se refiere a la organización de los centros concertados, en los que la mayoría cuenta con las etapas de Infantil, Primaria y Secundaria. Al ahorrarse el cambio de centro, muchas familias se decantan por la concertada por esta razón. El experto de Funcas expone que cuando el alumnado de Primaria ve en el centro al de la ESO "interioriza que lo normal es que termines los estudios de Secundaria. Esto es positivo porque ahora mismo tenemos todavía un 15% de los jóvenes españoles que no finalizan 4º de la ESO". Como Gabaldón, Sanz también se refiere a que los colegios empiezan más tarde que los institutos y está estudiado que con 13 o 14 años no es bueno empezar las clases tan pronto, 8.00 u 8.30 horas. Por su ritmo biológico, generalmente los chicos y chicas de 13-14 años no tienen un buen rendimiento académico a primera hora".