El día en el que Isabel II lució unas zapatillas 'made in Menorca'

Santiago Pons Quintana, propietario actual del negocio, recuerda que en los 70 la empresa tenía fuertes lazo comerciales con una empresa japonesa, que compraba habitualmente sus zapatillas femeninas, y que llegaron a venderse incluso en China y Corea. El calzado menorquín, sin duda, hacía furor en Asia en aquella época. Pero lo que esta empresa no sabía es que el gobierno japonés incluiría entre los presentes para Isabel II, de viaje oficial al país del sol naciente en junio de 1975, uno de sus modelos.

El objetivo del regalo era mostrarle a Isabel II la tradición japonesa de cambiar de calzado al llegar a casa, dejando el de diario en la puerta y usando uno más cómodo y limpio para hacer vida de hogar. En la foto que recibió la empresa Pons Quintana se puede ver a la soberana de Inglaterra con un vestido verde pistacho, con sombrero a a juego, muy habitual en ella, llevando estas zapatillas hechas en Menorca, mientras pasea por una estancia japonesa, acompañada por su séquito. Menorca y Japón emparentados gracias a la reina. Quién lo iba a decir.

Como explica Santiago Pons Quintana, «estas zapatillas se cosen por dentro, se giran para no verse los pespuntes y llevan una cuña interior para tener más altura. Eran muy cómodas, un modelo que combinaba confort y lujo. Ideal para estar por casa. Llegamos a fabricar tres modelos similares en aquella época y el recibimiento era excelente», recuerda el empresario menorquín. Para los que ahora deseen poseer unas zapatillas iguales a las que lució la reina, sentimos desilusionarles, Pons Quintana dejó de fabricarlas hace décadas.

Los cambios y las tendencias cambian, pero la imagen de la soberana luciendo estas zapatillas perdurará para siempre. ¿Qué fue de aquellas zapatillas? ¿Las conservó Isabel II toda su vida? Quizá nunca lo sabremos, pero sí podemos constatar que la monarca llevó durante horas un trocito de Menorca bajo sus pies.