El códice, que consta de más de setenta páginas, está escrito en pergamino, resguardado por dos gruesas tablas de nogal, unidas por su borde inferior al fuero con cuatro fuertes tiras de badana. Contiene la firma del arzobispo, así como la de otras autoridades eclesiásticas que lo suscribieron con posterioridad, ha informado la Guardia Civil en nota de prensa. Contiene un tipo de letra que los paleógrafos llaman francés, de diferentes colores, formando diferentes adornos entrelazados propios de las miniaturas de aquella época. Una sencilla orla de trazos de ambos colores abraza tres de los lados de la primera página.
El fuero recoge un conjunto de normas jurídicas y las severas penas que se deben imponer a aquellos que las incumplan. En la recuperación del fuero ha colaborado la casa de subastas Soler y Llach en Barcelona, que al ser consultados por el poseedor actual sobre cómo proceder a su entrega, facilitó que éste mantuviera contacto con la Sección de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. El poseedor actual hizo entrega del fuero para que la Guardia Civil se hiciera cargo del mismo, y que este documento regresara a la villa de Brihuega, cumpliendo así el deseo de su difunto padre, que fue quien pudo evitar su destrucción junto a otros muchos libros que se estaban quemando, cuando la Unidad militar de la que formaba parte tomó la localidad a finales de 1938.
Con cierta frecuencia, los poseedores de bienes culturales que tienen bajo su custodia piezas de las que no puedan acreditar su lícita procedencia, confían en la Guardia Civil para que sea ésta la que canalice su retorno a la Administración competente, de forma que se garantice su disfrute por todos los ciudadanos. Este viernes la Guardia Civil hará entrega del Fuero de Brihuega al alcalde de la localidad, Luis Viejo Esteban, en un acto cultural en la Sala Noble del Castillo de Piedra Bermeja de Brihuega.
3 comentarios
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- pues hablando de gente responsable... los militares, esos que algunos siempre alaban con ojos arrobados y mirada conmiserativa, son los que entraron a sangre y fuego, y montaron una enorme pira donde quemar a diestro y siniestro toda obra escrita, patrimonio cultural incluido, sin el menos atisbo de remordimiento... eso es lo que hacen los militares... y no son gente responsable...
Me alegro de que el bando republicano no lo pudiese quemar y bravo por el señor que lo escondió.
Todavía hay gente responsable que sabe que los libros antiguos se conservaran mejor en lugares especiales que en su propia casa.