Sobre las 21.55 hora española, está previsto que el vehículo de seis ruedas haya descendido en el planeta rojo tras superar lo que los científicos de la Administración Nacional estadounidense de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) llaman «siete minutos de peligro», tiempo en el que el Perseverance hará su entrada, descenso y aterrizaje en suelo marciano.
El Perseverance ingresará a la atmósfera de Marte a una velocidad de más de 19.000 kilómetros/hora y deberá reducir la velocidad en esos siete minutos para descender con éxito, un tiempo en el que el «rover» se separará de la nave que lo transportó y desplegará un «paracaídas supersónico».
«En el momento del aterrizaje, Marte estará a 127 millones de millas (204 millones de kilómetros) de la Tierra», recordó la agencia espacial en una entrada en el blog dedicado a esta misión.
Tras cubrir un trayecto de más de 468 millones de kilómetros desde que el 30 de julio del año pasado despegara del Centro Espacial Kennedy de Florida (Estados Unidos) y al cabo de 11 minutos y 22 segundos, el tiempo que tardará en llegar a la Tierra la señal del Perseverance, la torre de control en el Laboratorio de Propulsión de la NASA (JPL) en California sabrá si el descenso ha sido exitoso.
Este «rover» -de seis rueda, unos 3 metros de largo y 1.025 kilogramos- buscará en Marte señales de vida microbiana pasada y recolectará muestras de rocas y sedimentos para su envío futuro a la Tierra. La sonda realizará el aterrizaje en un área «peligrosa», el cráter Jezero, que se cree fue el lecho de un lago y, por tanto, sería rico en microorganismos fósiles.
Lleva dos micrófonos, que por primera vez captarán el sonido de Marte, y un esquelético helicóptero de cuatro patas y menos de 2 kilos conocido como Ingenuity Mars, que intentará llevar a cabo el primer vuelo controlado y con motor en otro planeta.
El Perseverance catalogará la geología y el clima de Marte y, para ello, transporta taladros que perforarán las piedras para extraer en unos tubos del tamaño de unos cigarros una treintena de muestras y se espera que pueda llevar muchos de ellos de vuelta a la Tierra.
Asimismo, allanará el camino para la futura exploración humana más allá de la Luna
De tener éxito este aterrizaje, será el quinto «rover» de la NASA en suelo marciano tras Pathfinder (1996), Spirit y Opportunity (2004) y Curiosity (2012), este último todavía en Marte, aunque no se encontrará con el Perseverance.
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