Esta filosofía se está empezando a aplicar en otros ámbitos con el objetivo de transformar los hábitos diarios para encontrar un equilibrio y disfrutar con calma de las actividades que realizamos cada día como comer o ir de compras.
Este movimiento tiene su origen en una protesta de un grupo de activistas en el año 1986 por la apertura de un McDonald's en la famosa Plaza de España de Roma (Italia). El objetivo inicial era «defender las tradiciones regionales, la buena alimentación, el placer gastronómico, así como un ritmo de vida lento», tal y como explican en la web oficial de la organización. Desde entonces, esta filosofía ha tenido un gran alcance y han surgido nuevas corrientes que se han popularizado como el slow shooping.
Se trata de una filosofía de compras que se basa en fomentar un nuevo consumo, así como volver a ser conscientes de la relación entre clientes y vendedores, para promover una alternativa a la actual a la hora de comprar o vender productos y servicios.
De esta manera, el slow shopping «quiere cambiar las dinámicas de consumo, promoviendo y ofreciendo un conocimiento profundo del producto y restableciendo los ritmos desacelerados implícitos en la sostenibilidad», destacan en Slow Fashion Next.
Huir de la rapidez, evitar el consumismo, apostar por el comercio local, adquirir productos de proximidad y conocer realmente el producto que se quiere comprar son algunas de las claves para entender cómo funciona este movimiento. «Nos replantea las relaciones que se establecen entre comerciantes y clientes, la conexión con el producto en sí y nos ofrece una experiencia durante el servicio que nos prestan las tiendas», añaden.
En España han surgido iniciativas que fomentan el slow shopping como la emprendida por la asociación Sant Cugat Comercio en Cataluña, junto con las asociaciones comerciantes de distintas poblaciones, que busca «difundir los valores de comprar en los comercios de proximidad, con un nuevo concepto basado en la experiencia a la hora de realizar la compra», indican en su página web.
Se trata de una plataforma de compra a domicilio que ofrece «un modelo diferente» ante la «era del estrés» y la pérdida del hábito de compra en el comercio de proximidad. En definitiva, el slow shopping es una filosofía basada en la compra racional y en el consumo sostenible.
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