En muchos otros países trabajan para mejorar sus ratios, y este es el caso de China, donde recientemente han emprendido una campaña creativa, original y sobre todo emocional, que apela a los sentimientos más básicos y universales que prevalecen por encima de todo sesgo cultural.
El protagonista de la campaña es un bebé, un bebé cuya madre murió nada más nacer él. El pequeño llora sin consuelo, nadie de la familia es capaz de calmarlo ni de confortarlo, por más palabras dulces y carantoñas que le dedican.
Al final del vídeo aparece un hombre con una camiseta negra. Ese hombre vive porque en su día recibió el corazón trasplantado de la mujer. La reacción del bebé al reconocer ese latido familiar no le resultará indiferente.
1 comentario
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... un poco tétrico, viniendo como viene de un país que está demostrado que trafica con los órganos que arrebata a los cadáveres frescos de los reos que ejecuta, miles al año...