Los dos agentes de la TIA e Ibáñez han soplado este viernes las velas del pastel en Barcelona acompañados del actor Carlos Areces, mortadelista irredento, como él mismo ha confesado sin pestañear, y coleccionista compulsivo del popular cómic.
El propio Areces ha dicho que siempre le ha parecido que el arte popular, que da «la medida real de las distintas épocas», nunca se ha tenido en consideración como «arte en mayúsculas», «no goza de grandes reconocimientos públicos y ni siquiera hay un gran museo del cómic».
El actor aún ha ido más lejos al reivindicar el cómic al pedir que se estudie a nuestros autores e historietistas en los libros de texto, porque piensa que «la influencia en nuestra sociedad de Mortadelo es mayor que el 'Guérnica' de Picasso».
Ibáñez ha recordado este viernes sus inicios en la historieta en «épocas difíciles» en las que no recibió ningún apoyo, «como si hubiera sido mujer y hubiera dicho que quería ser cupletista» y para soslayar las dificultades ingresó en la banca en un «trabajo serio», pero sin abandonar sus dibujos.
Tras su paso por varias pequeñas editoriales, Ibáñez desembarcó en Bruguera y allí el 20 de enero de 1958 nació Mortadelo y Filemón en las páginas de «Pulgarcito», un ejemplar que hoy exhibía con orgullo Areces.
«No fue muy difícil crear a Mortadelo y Filemón, porque para crear personajes no se necesitan años, ni meses, ni días, sólo minutos», confiesa Ibáñez.
Después de los dos agentes de la TIA, llegaron otras historias, la de «13, rue del Percebe», el botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio, Rompetechos, seguramente su personaje más autobiográfico, y el propio Ibáñez hubiera seguido con todos, pero «era imposible, si tenías que entregar 40 páginas cada semana».
En la fiesta aniversario, Areces aún guardaba un as en la manga, cuando ha sorprendido a Ibáñez enseñándole la que fue su primera publicación en la historia, un dibujo que hizo con 11 años en 1948 y que le publicaron. «Me dieron un duro -cinco de las antiguas pesetas- y aquello era una fortuna», ha apostillado el dibujante.
Aunque «Mortadelo y Filemón» nace como parodia de las historias de espías, desde un punto de vista argumental sus historias son hijas de «aquel cine de los años 20, de Harold Lloyd, de Chaplin, peliculitas que no tenían un mensaje especial, que eran una sucesión de gags y hoy todavía hago ese sistema de aquellos filmes y a la gente le sigue gustando».
Los dos agentes de la TIA han caminado desde 1958, desde las historietas cortas que protagonizaron hasta 1968, a los álbumes con más páginas y personajes de la etapa 1969-1986, a los años en los que aparecieron constantes referencias a temas de actualidad y el período maduro que se abrió en 2007 con el álbum «Venganza cincuentona», en el que los dos detectives se enfrentaban a algunos de los villanos más carismáticos de la historia.
El dibujante, que durante la dictadura franquista tuvo que enfrentarse a la censura como cuando le retiraron un personaje parecido a Frankenstein que aparecía en «13 rue del Percebe», también vio como una madre, que siempre había dado a leer la historieta de los dos personajes a sus hijos, «no volvería a hacerlo simplemente porque en el álbum del 'Quinto centenario' Mortadelo mostraba parte de su culo en una viñeta, porque no podía mostrar a sus hijos material pornográfico».
Los cómics de Mortadelo están también plagados de algunos de los famosos más mediáticos, nacionales e internacionales, de los últimos tiempos, «por razones comerciales», reconoce, como Bill Clinton, Carlos Lozano, Ronaldinho, Carlos de Inglaterra, Pau Gasol o Pinochet.
El creador llegó a anticipar acontecimientos como el atentado del 11-S de Nueva York, que apareció en 1992 casi diez años antes de que sucediera en el volumen dedicado al 35 aniversario de los agentes de la TIA, en el que aparece un avión estrellado contra una de las Torres Gemelas.
En estos 60 años, Mortadelo y Filemón han protagonizado películas, portadas de revistas como «Esquire» o «El Cultural», y sus páginas han traspasado fronteras para recalar en Alemania, Francia, Italia, Grecia, Holanda, Turquía, Brasil o Dinamarca, y hasta una decena de idiomas, donde han mutado con mayor o menor similitud a nombres como Mortadel et Filémon, Fitt et Fil, Flip og Flop, o Dörtgöz ve Dazlak.
La fiesta de 60 aniversario ha acabado con el tradicional corte del pastel, lleno de todas las referencias del popular cómic, con los dos agentes, el Súper, doña Ofelia, el edificio de la TIA, y una portada conmemorativa en la que los inefables personajes aseguran haber conseguido que firmen la paz «el presidente de los Estados Juntitos y el de Kolea d'Aliba».
Durante 2018, B Cómic recuperará cuatro volúmenes antiguos que se han convertido en un clásico y publicará cuatro novedades, una de ellas el especial Mundial 2018, que llevará a los dos agentes al país anfitrión, Rusia.
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