Uno de los aviones de Air Europa en pleno despegue. | R.L.

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El grupo IAG, al que pertenece, Iberia, notificó este lunes a la Comisión Europea la compra de la totalidad del capital de Air Europa, una operación cifrada en 400 millones de euros que ambas compañías acordaron en febrero de este año, y prevé recibir el visto bueno de Bruselas en 2024. Tras este paso, el Ejecutivo comunitario dispone de un plazo de 25 días laborables para evaluar la operación de acuerdo con la primera fase de control de concentraciones que prevén las normas comunitarias. Bruselas podría dar su visto bueno a la adquisición tras esta fase o, de lo contrario, abrir una investigación en profundidad si mantiene dudas sobre los efectos de la transacción, que se prolongaría durante 90 días laborables y que puede prorrogarse otros quince días, si fuese necesario.

«Hoy hemos notificado nuestra propuesta de la compra de Air Europa a la Comisión Europea»; anunció en un comunicado el consejero delegado de IAG, Luis Gallego, quien defendió que la operación «ofrecerá beneficios a los consumidores y a la economía española en general, además de mejorar la competitividad de Madrid con respecto a otros hubs en Europa». Gallego explicó que IAG ha trabajado «estrechamente» con los servicios comunitarios de Competencia desde el anunció de la operación en una «labor exhaustiva preparatoria», así como que propondrán a Bruselas un «ambicioso y amplio» conjunto de compromisos para resolver las dudas de la Comisión tras «haber escuchado sus puntos de vista».

El objetivo del grupo es que Bruselas dé su visto bueno «lo más rápido posible en 2024» a la transacción, que es la segunda desde que IAG y Air Europa abandonaron su primer intento de fusión en diciembre de 2021. La Comisión Europea explicó, tras abrir una investigación en profundidad, que la concentración propuesta entonces no hubiese sido aprobada porque las modificaciones ofrecidas por las dos partes para conseguir luz verde de las autoridades comunitarias «no atajaban adecuadamente» los problemas detectados. La entonces vicepresidenta responsable de Competencia, Margrethe Vestager- que recuperará la cartera tras haber perdido la carrera por presidir el BEI frente a la española Nadia Calviño - señaló que la operación estudiada en 2021 habría afectado la competencia tanto en rutas domésticas como en otras a largo plazo desde y con destino a España.

Ahora, IAG considera que los nuevos compromisos que puede ofrecer a la Comisión Europea para resolver sus dudas (llamados 'remedies' en la jerga comunitaria) son «sustancialmente mejores» a los que se plantearon en el primer intento, así como que incorporan el 'feedback' que ha recibido de Bruselas durante las conversaciones de los últimos meses, apuntan fuentes de la compañía. Por otro lado, la firma británica defiende que «diversas compañías» han mostrado «mucho interés» en adjudicarse posibles desinversiones que IAG tenga que acometer para obtener la aprobación de la institución europea, algo que «da muestra de la importancia y viabilidad del paquete».

Además, las mismas fuentes enfatizan que la situación económica de 2021 estaba caracterizada por una mayor «incertidumbre» que la actual para el sector, que llevaba más de un año capeando las restricciones de movimientos impuestas para frenar la propagación del coronavirus. En cualquier caso, el grupo subraya que la compra contribuirá a reforzar el «hub» (centro de distribución del tráfico aéreo) para competir al lado de los grandes europeos (Londres-Heathrow, Ámsterdam, París-Charles de Gaulle y Fráncfort) gracias a la existencia de una sola aerolínea de referencia.

Defienden, así mismo, que beneficiará a los consumidores porque aumentará las rutas y las frecuencias desde Madrid, optimizará los horarios de vuelo y aportará flexibilidad para los viajeros. En particular, calculan que facilitará al menos 500 nuevas combinaciones de origen y destino, especialmente las rutas a Asia desde España.