De Leonor y de su hermana, la infanta Sofía, pocas cosas sabemos, salvo las que conocemos a través de sus apariciones en los medios, siempre bajo la atenta mirada de su madre, la Reina.
Leonor y Sofía vienen por Mallorca cada verano, cada vez menos tiempo, dejándose ver muy poco, y siempre acompañadas de sus padres y, a veces, por su abuela Sofía.
Tal vez, si ambas no hubieran roto la tradición marinera de los Borbones –ve tú a saber por deseo de quién–, las hubiéramos visto más veces, primero iniciándose en la vela como hicieron sus primos, los Marichalar y los Urdangarin: en el Calanova. Y más tarde, quién sabe si participando en la Copa del Rey, cómo sus abuelos, Juan Carlos y Sofía –esta, a veces–, su padre y su tía, la infanta Cristina.
Por eso sus salidas siempre han sido en compañía de sus progenitores, y han sido algunas –no a menudo– al RCN de Palma, las que han hecho saliendo a cenar con ellos y con su abuela materna, al cine. ¡Ah, bueno, sí! Y las de la Seo, a misa de Pascua. Y entre ellas, la que nunca se olvidará: la del rifirrafe entre la reina emérita y la reina Letizia, en la que ella, Leonor, apartó el brazo de la abuela cuando trataba de pasárselo cariñosamente por el hombro.
Lo decimos porque las salidas de palacio de ambas, nada tienen que ver con las de su padre y tías cuando tenían su misma edad. A don Felipe le hemos visto yendo a Lunita, por la noche, yendo al cine, a Es Born, a ver Rambo, a comprar un disco de Samantha Fox… A su tía Cristina, navegando, y a Elena, montando a caballo. Los tres, con escolta siempre, pero a su bola. Igual que a sus primos, sobre todo Froilán y Victoria Federica, ambos en bañador, yendo y viniendo por el Calanova, o a los hijos de Urdangarin y Cristina, jugando a fútbol en la playa de Illetes, aprendiendo surf, yendo a Marineland…
También nos ha llamado la atención la forma de vestir de Leonor y de su hermana… Sí, porque nos ha dado la impresión de que no se han vestido a su gusto, sino al gusto de su madre. Y lo decimos porque, siendo jóvenes y guapas visten como si fueran más mayores. Todo lo contrario que su madre, que viste como una chica joven y encima crea tendencia, lo cual –de momento– no podemos decir de ellas por no vestir como probablemente quisieran, de lo cual nos da la razón Leonor, ahora, independiente de su familia por estar en la Academia General Militar, vistiendo de cadete, a su gusto –dentro de un orden, claro–, moviéndose también a su gusto, ya sea desfilando, ya sea jurando la bandera, ya sea yendo al paso de su padre, ya sea leyendo el discurso de los Premios Princesa de Asturias, ya sea sonriendo… Estamos viendo una Leonor mucho más espontánea de la que conocemos hasta ahora. Porque nada tiene que ver con la Leonor de siempre, pegada a mamá, a la que mira de reojo buscando su aprobación de lo que hace, de cómo se coloca en la recepción… En cuanto a Sofía, su hermana, el ir a estudiar a Gales, suponemos que le será para bien: incrementará su formación, aprenderá a hablar correctamente el inglés y también regresará más independiente.
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