Grande-Marlaska ha hecho esta afirmación durante el discurso que ha ofrecido en la Escuela Nacional de Policía de Ávila ante más de 15.000 personas, con motivo del acto de jura o promesa del cargo de la XXXVII Promoción de Escala Básica de este cuerpo, integrada por 2.377 agentes: 1.607 hombres y 770 mujeres. Como el año pasado, el acto ha comenzado con algunos pitidos y gritos de «¡fuera!» dirigidos hacia el titular de Interior al recibir el bastón de mando, que se han visto interrumpidos al sonar el himno nacional.
La jura, que posteriormente se ha desarrollado con normalidad, ha contado con un emotivo homenaje a Jordi Duart Olmos, que el pasado 1 de abril murió en un accidente cuando se dirigía hacia la comisaría del distrito Usera-Villaverde, en Madrid, donde hacía las prácticas.
Sus padres, María del Carmen y Jordi, han recibido, de manos del ministro del Interior una placa en medio de la ovación de los familiares y los agentes que han jurado o prometido su cargo, entre los que ha destacado Saúl García, quien ha sido reconocido como el alumno con «mejor aprovechamiento». Entre los asistentes se encontraba el presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, y el director general de la Policía, Francisco Pardo, quienes han recibido a Fernando Grande-Marlaska en las instalaciones policiales.
Durante su discurso, el titular de Interior se ha referido a los 200 años que cumplirá la Policía Nacional el próximo 12 de enero, convirtiéndose así en una institución bicentenaria que es fruto de «una colosal obra colectiva», edificada a lo largo de este tiempo hasta convertirse en un cuerpo «indispensable para el bienestar y la seguridad de España».
«La historia de la Policía Nacional la escriben día a día sus hombres y mujeres», ha comentado Fernando Grande-Marlaska, quien ha cifrado la plantilla de este cuerpo en 71.900 policías tras la incorporación de los nuevos agentes. Con este bagaje, ha dicho que la Policía Nacional es «una de las instituciones más valoradas y respetadas por la sociedad», contribuyendo a que España sea «uno de los países más seguros del mundo», con tasas de criminalidad «muy por debajo» de países como Reino Unido, Alemania o Bélgica.
Asimismo, ha subrayado la experiencia de este cuerpo en la lucha contra el terrorismo y las manifestaciones de la delincuencia organizada, así como el hecho de haber potenciado su dimensión asistencial y humanitaria, contando con 500 agentes desplegados en todo el mundo y «avanzando en igualdad de género», ha apostillado. Igualmente, el titular de Interior ha resaltado el hecho de que la Policía Nacional haya sabido «adaptarse para hacer frente a las diferentes tipologías delictivas», contando con un «claro rumbo» gracias al Plan Estratégico diseñado para el periodo 2022-2025, que «acelera la transformación digital», entre otros aspectos.
Durante su discurso, Fernando Grande-Marlaska ha subrayado que este viernes finalizan sus exámenes los primeros cuatrocientos oficiales alumnos del nuevo Centro Universitario de este cuerpo, cuya sede está en la Escuela Nacional de Policía de Ávila. «Vuestro capital más valioso es vuestra legitimidad social», ha concluido el ministro del Interior, antes de que los 2.377 nuevos policías cumplieran con la tradición y lanzaran al cielo sus gorras.
En el exterior de la Escuela Nacional se han vuelto a concentrar miembros de Jupol para exigir que el Gobierno «salde la deuda histórica con los policías nacionales», en referencia a la equiparación salarial con otros cuerpos y a la «jubilación digna». El secretario general de Jupol, Aarón Rivero, ha remitido unas declaraciones a los medios de comunicación para a anunciar que este viernes han iniciado en Ávila «una serie de movilizaciones» para participar «en todos los actos a los que acudan miembros del actual Gobierno y del resto de partidos de España», para reclamar esas reivindicaciones.
2 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
El Ministro trata de forma indigna a los militares, fuerzas y cuerpos. No creo que haya ni uno de estos defensores de la patria que le tenga el más mínimo aprecio. Y que no esté deseando perderlo de vista.
I a més ara tenen himne, l'aporellos.