Urgencias en el hospital de referencia de Baleares. | M. À. Cañellas

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El funcionamiento irregular de la Atención Primaria y las demoras en las asistencias ha supuesto un desembarco de pacientes en las urgencias hospitalarias, que suben en noviembre hasta un 25 % respecto a 2019, con una estimación al cierre de año de 30 millones de asistencias, dos millones más que en prepandemia.

En una entrevista a Efe el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), Tato Vázquez, explica que el 70 % de los pacientes que llegan a la urgencia hospitalaria lo hacen por iniciativa propia, muchos buscando una solución a sus problemas tras encontrarse con demoras inviables en la consulta de primaria o estar cerrado el punto de atención continuada.

El aumento de las asistencias en las urgencias hospitalarias de toda España comenzó el 15 de septiembre y la previsión es que siga la tendencia en los próximos meses a menos, dice el presidente de SEMES, que se planifique el futuro de los servicios de urgencias y emergencias y de la Atención Primaria, «puntales fundamentales de la sanidad pública, y altamente tensionados en los últimos años con un personal muy castigado y sin horizonte de futuro».

Las estimaciones de asistencias en los servicios de emergencia (O61, SUMMA Y SAMUR en Madrid, entre otros) alcanza al cierre de año los ocho millones, dos millones más que en prepandemia, según datos actualizados ofrecidos por SEMES.

Las infecciones respiratorias como la gripe A, que seguirá dominando en las próximas tres semanas, y el virus sincitial son las principales causas este otoño de las visitas a las urgencias hospitalarias, y el perfil del paciente predominante es el de una persona mayor de 60 años con enfermedad crónica, aunque también hay presencia significativa de población infantil.

Según datos ofrecidos por SEMES, aunque la asistencia a pacientes en España registra un incremento medio entre el 20 y el 25 %, algunas autonomías han alcanzado aumentos puntuales del 40 %. Es el caso de Andalucía durante los fines de semana, de Navarra y Castilla-La Mancha, con aumentos puntuales en determinados días, y de Aragón, que llegó a alcanzar aumentos del 45 % en los fines de semana del mes de noviembre y del 30 % en las urgencias pediátricas.

También La Rioja registró un importante crecimiento de las urgencias hospitalarias, sobre el 35 %, y un tercio de ellos eran niños. Según SEMES, los hospitales de San Pedro de Logroño y el de Calahorra achacan este aumento a la falta de recursos de la Atención Primaria y en algunos casos a la ausencia total de urgencias en este primer nivel asistencial.

Los urgenciólogos observan con temor el impacto «devastador» de un eventual colapso de la Atención Primaria en unos servicios altamente desgastados tras dos años de pandemia, y exigen una planificación a corto y medio plazo que pasa por la creación de la especialidad, vía MIR. «De no hacerlo, las urgencias se irán al garete», advierten.

Por este motivo, SEMES ha pedido a Sanidad y al Gobierno en su conjunto, a la Organización Médica Colegial y a los portavoces sanitarios de los grupos parlamentarios que trabajen por un pacto de Estado de consenso por la sanidad pública.

Según datos del Informe del Ministerio de Sanidad Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 20121-2035, en España hay unos 14.000 urgenciólogos y entre 3.500 y 4.000 profesionales de los servicios de emergencia.

El informe constata que a partir de 2028 los servicios de urgencias y emergencias serán los más envejecidos de España, con un 44 % de plantilla con más de 55 años y un 14 % con más de 65. La solución a corto plazo es la creación de la especialidad vía MIR, una vieja demanda que no acaba de ver la luz y que supondría asegurar el reemplazo generacional.

«Si la especialidad se aprueba este año, en 2027 estaría la primera remesa de médicos formados en urgencias que se incorporarían al servicio», señala el presidente de SEMES, que ve en esta medida la mejor solución para todas las especialidades, y en especial para la Medicina de Familia (de donde ahora procede la mayoría) «que saldría ganando».

Otro problema que desvelan desde SEMES en las urgencias hospitalarias de los grandes hospitales es el de los contratos precarios que tienen los urgenciólogos, y que en la Comunidad de Madrid suponen un «problema muy serio». Según el presidente de SEMES, la Comunidad de Madrid es la única autonomía que no ha convocado oposiciones en los servicios de urgencias desde hace veinte años, por lo que la precariedad está instalada como norma.

Vázquez recuerda que en todas las comunidades autónomas hay procesos para seleccionar médicos de urgencias para las plazas estructurales pese a no tener especialidad.

La mayoría de las comunidades las han ido convocando de manera progresiva salvo Madrid que hizo la última oposición en el año 2002. Por tanto, la situación laboral en estos hospitales de sus profesionales de urgencias es vía interinidad o con contratos no estables. En el caso de las emergencias, el proceso selectivo es diferente ya que aunque están muy ligados a las urgencias, no las integran solo médicos, y la mayoría funcionan con personal de enfermería y técnicos de emergencias, que son las de soporte vital básico y las que más asistencia prestan.