Así lo ha explicado al anunciar su aprobación la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que ha apuntado que el proyecto contará finalmente con un volumen de inversión pública de hasta 12.250 millones de euros, que permitirán generar un efecto «multiplicador» en la economía española. Según ha asegurado Calviño, el objetivo de este Perte es «desarrollar de manera integral las capacidades de diseño y producción de microelectrónica y semiconductores, abarcando toda la cadena de valor».
Este nuevo Perte pretende ser «una aproximación integral» a todas las áreas de los semiconductores, desde la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) hasta el diseño o la fabricación. En concreto, el Perte se articulará en cuatro ejes fundamentales: el refuerzo a la capacitación científica, la estrategia de diseño, la estrategia de fabricación y la estrategia de refuerzo de la industria de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). «Este proyecto tiene una orientación de largo plazo, eminentemente técnica, priorizando esos ámbitos donde España está mejor situada, con una aproximación integrada de toda la cadena de valor y alineada con la estrategia europea», ha asegurado Calviño.
Para ello, el Gobierno movilizará «12.250 millones de euros de aquí a 2027» gracias a una adenda al plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, recurriendo «tanto a posibles transferencias adicionales no reembolsables como a los préstamos reembolsables». Por lo tanto, el Perte de microchips, que es el de mayor dimensión en cuanto a fondos públicos de los once proyectos estratégicos anunciados hasta el momento por el Ejecutivo, estará liderado por un comisionado especial, bajo la dirección de Jaime Martorell Suarez, «un experto con amplia experiencia en la industria».
Dentro de los cuatro ejes fundamentales en los que se dividirá este Perte, Calviño ha explicado que el primero de ellos tendrá como finalidad reforzar la capacidad científica desarrollando la I+D+i sobre microprocesadores, chips cuánticos o fotónica integrada. En cuanto a la estrategia de diseño, el plan prevé la creación de una fábrica de diseño «de microprocesadores de arquitecturas alternativas», líneas de pilotos de pruebas o una red de capacitación.
Por su parte, el tercer eje plantea la construcción «de plantas de fabricación con capacidad tanto inferior como superior a los cinco nanómetros (nm)». A este respecto, Calviño ha explicado que ya se han tenido «contactos preliminares que han tenido un resultado positivo», incluso en las fábricas por debajo de cinco nanómetros, donde actualmente existe una frontera tecnológica, con plantes que requieren miles de millones de inversión. Por último, el cuarto eje gira en torno a la dinamización de la industria de fabricación de tecnologías y las comunicaciones europeas, con medidas como la creación de un fondo de chips para escalar las empresas emergentes en expansión, entre otras.
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