La jornada escolar continuada: negativo para los alumnos y para las madres.

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La jornada continuada en los colegios supone una pérdida de ingresos para las familias de alrededor de 8.048 millones de euros al año y un aumento de la brecha de género, ya que el 66,4 por ciento del tiempo de custodia de los menores lo asumen las mujeres. Estas son algunas de las conclusiones de un estudio sobre el impacto negativo de la jornada escolar continua que han elaborado expertos del Centro de Políticas Económicas de Esade tras analizar la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del INE y consultar a más de 2.100 docentes de toda España.

Señala el estudio que, a pesar de que las jornadas continuadas suponen un tremendo roto en las economías familiares, la pandemia ha acelerado esta modalidad, que actualmente es mayoritaria en los colegios públicos de educación Infantil y Primaria, según estos expertos, que además ven «muy probable» que siga extendiéndose en los próximos años. Y añade que las medidas epidemiológicas han provocado que la proporción de centros que han optado por esta modalidad haya aumentado durante la pandemia, lo que ha llevado a otros muchos con jornada partida o completa a abrir un debate o replantearse cambiar a la continuada el próximo curso.

Según una encuesta realizada a docentes, el 50,9 por ciento de los profesores consultados tenía jornada matinal (continua) en el curso 2019/2020 (el del confinamiento); durante el 2020/21, que fue el de la reapertura escolar, este porcentaje se amplió hasta el 72,3%; y en el actual se ha mantenido en un 71,4% del total. Unos datos que ponen de manifiesto que todos los centros públicos que redujeron su jornada por la situación excepcional derivada del coronavirus, la han mantenido en el año que los alumnos han regresado a las clases con normalidad, concluye el informe.

Jornada partida, mejor para los alumnos

Según el estudio de Esade, titulado «Jornada escolar continua: cómo la pandemia está acelerando un modelo social y educativo regresivo», no existe evidencia científica sobre la relación entre el modelo de jornada y el rendimiento de los alumnos, pero sí que pasar más tiempo en el colegio tiene un impacto positivo en términos «académicos y socioemocionales». También que un almuerzo temprano, como se hace en las jornadas partidas o completas, y una pausa posterior, «se adapta mejor a los biorritmos» de los escolares y «mejora su salud y bienestar». Otro de los aspectos que destaca este trabajo es que la atención de los niños y adolescentes se ajusta mejor a la jornada partida, ya que la concentración aumenta hasta media mañana, disminuye hacia mediodía y vuelve a mejorar en mayor o menor medida a lo largo de la tarde.

Por la igualdad de género

En el ámbito familiar, apunta Esade, hay una certeza «científica» de que la jornada continúa de mañana es un factor clave para agrandar la brecha de igualdad de género, ya que «la escuela tiene una función de custodia o de cuidado del alumno». El motivo es que si se trabaja a tiempo parcial, el empleo y los ingresos de las familias, especialmente de las madres, se resienten, contribuyendo a agravar la brecha de género. Por tanto, una jornada escolar amplia permite aumentar la participación en el mercado laboral.

Los docentes son el colectivo que más se beneficia de una jornada matinal (continua), tanto en términos de bienestar como en posibilidades de conciliación, según aseguran los expertos en el informe. Y es que los profesores se muestran mayoritariamente en la encuesta de Esade a favor de este tramo horario en su trabajo y, en ese sentido, subrayan los beneficios para el alumnado y las familias (no tanto para ellos) como las razones para justificar este turno.