Surgida en India el otoño pasado, la ahora llamada variante delta, se ha extendido de forma significativa por países como Reino Unido, donde supone más del 90 % de los casos.
El microbiólogo de la Universidad de Navarra Ignacio López-Goñi y el pediatra y miembro del comité asesor de vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa Federico Martinón-Torres, destacan a Efe la importancia de completar la segunda dosis en las vacunas que la necesitan.
Los datos que llegan de la Salud Pública de Reino Unido apuntan a que esta variante tiene «cierto escape a los anticuerpos neutralizantes a nivel experimental, y menor eficacia con una dosis de vacuna», indica López-Goñi, quien recalca la palabra «una».
Sin embargo, las dos dosis de Pfizer o AstraZeneca son «lo suficientemente eficaces como para controlar esta variante, proporcionan una buena respuesta inmune y son efectivas para prevenir la hospitalización».
En Reino Unido, más de un 80 % de la población cuenta con una dosis y el 58 % con las dos, pero la aparición de la variante delta (B.1.617.2) ha supuesto un repunte de casos y el retraso en un mes de la fase final de desconfinamiento.
Ambos científicos coinciden en el análisis de lo sucedido. Ese país apostó por vacunar al mayor número con una dosis, lo que no proporciona una protección completa, y utilizar el intervalo más largo aconsejado para la segunda.
Con la llegada de delta, los casos se acumularon en personas sin vacunar o solo con el primer pinchazo. Ahora están acelerando para que «la mayor parte de la población» tengan ambas dosis, con lo que «la efectividad de la vacuna parece no resentirse o lo hace mucho menos», explica Martinón-Torres.
En España, esta variante representa menos del 1 % de los casos y es «difícil predecir» -agrega- cuál será la evolución, pues intervienen muchos factores, pero las coberturas de vacunación son menores que en Reino Unido (cerca de un 48 % con una dosis y del 30 % con dos).
Para el pediatra del Hospital Clínico Universitario de Santiago «lo más importante es completar, lo antes posible, esa segunda dosis en los primeros grupos» y si, además, «tenemos capacidad para primovacunar a más gente, estupendo», opinión que comparte López-Goñi.
La variante delta parece más transmisible, aunque esto no depende solo del microorganismo, «hay otros muchos factores», indica el asesor de la OMS. «Lo máximo que se ha podido demostrar, aceptado por la comunidad científica, es un ligero aumento en la capacidad de transmisión, hacia el 30 %».
De lo que «no hay evidencias todavía» es de que esté asociada a una mayor gravedad de la enfermedad, dice López-Goñi, y explica que esta variante, clasificada de «preocupación» por la OMS, tiene trece mutaciones, de las que tres están relacionadas un posible aumento de las infectividad.
La decisión británica de retrasar el levantamiento de medidas se puede considerar como «un aviso a navegantes», pues, «en otros momentos, lo que pasó allí nos ha anticipado lo que podría pasar aquí», recuerda Martinón-Torres.
Aunque se suavicen algunas restricciones, en algunos casos «puede ser necesario dar pasos atrás y ser normal en la evolución de la pandemia, por lo que debemos estar preparados para ello».
En España, la mascarilla dejará de ser obligatoria en espacios al aire libre desde el día 26 y, para López-Goñi, el mensaje debería ser «claro y sencillo: en interiores, mascarilla y distancia; en exteriores, mascarilla o distancia».
La vía principal de transmisión -recuerda- es por aerosoles, «es un virus de interiores», donde el contagio es 20 veces más fácil. Lugares cerrados, mal ventilados, con mucha gente, hablando sin mascarilla durante mucho tiempo son eventos de superpropagación.
La OMS ha admitido alguna evidencia de escape inmunitario de la variante delta, es decir, que podría impactar en la capacidad de protección de las vacunas.
La probabilidad de que una variante escape totalmente de las vacunas es, dice López-Goñi, «muy baja, aunque no imposible, por eso hay que estar vigilantes».
Además, no va a aparecer una variante que, tras haber pasado la infección o estar vacunado, «de repente vuelvas al punto cero», hay mecanismos de inmunidad en el cuerpo que «hacen que no quedes desguarnecido frente a una nueva variante», agrega Martinón-Torres.
La necesidad, con el tiempo, de una tercera dosis o, incluso de una actualización de las actuales vacunas, «es un escenario posible» -indica- pero, «tenemos que estar tranquilos» porque ya se tiene la tecnología y, si «se desarrollaron desde cero en menos de un año, actualizarlas es un trabajo relativamente sencillo».
López-Goñi muestra «un optimismo prudente» sobre la evolución de la pandemia: «Aunque no se ha acabado, creo que lo peor ha pasado, no creo que volvamos a la situación de 2020».
Pero «debemos estar vigilantes», analizar cómo evolucionan las nuevas variantes, seguir con la vacunación, aquí y en el resto del mundo, reforzar la atención primaria y mejorar el diagnóstico para distinguir rápidamente el SARS-CoV-2 de otros virus, dice.
Este invierno, «habrá que estar vigilantes» con la gripe, pues los años en que hay poca (durante este casi desapareció), a la temporada siguiente «golpea antes y con más fuerza».
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