Nada más aterrizar, García Juliá, escoltado por agentes de la Policía Nacional, ha sido conducido directamente a la cárcel de Soto del Real donde se le realizará una liquidación de condena que fije cuántos años de prisión le quedan por cumplir tras haber huido de España cuando obtuvo la condicional.
García Juliá embarcó en un vuelo comercial de Iberia que despegó poco después de las 16.00 hora local (19.00 GMT) rumbo a la capital española desde el aeropuerto internacional de Guarulhos, en la región metropolitana de Sao Paulo, al que llegó acompañado por el cónsul de España en Sao Paulo, Ángel Vázquez, según pudo constatar Efe.
El antiguo militante de Fuerza Nueva, que tenía 24 años cuando cometió la matanza, fue condenado en 1980 por cinco asesinatos y cuatro intentos de homicidio en el despacho de abogados laboralistas de Comisiones Obreras, en el número 55 de la calle Atocha de Madrid.
Su condena fue limitada al máximo de 30 años previsto entonces por la ley y en 1991 se le concedió la liberad condicional.
Obtuvo después la autorización para viajar a Asunción y trabajar allí, con la condición de presentarse mensualmente en la Embajada de España en Paraguay, pero incumplió lo previsto.
El condenado desapareció e inició entonces un periplo de fugas por Latinoamérica. Su última pista antes de ser arrestado en Brasil se perdió en Bolivia, donde vivió un tiempo y había sido encarcelado por un delito relacionado con el narcotráfico.
Tras dos décadas en paradero desconocido, fue detenido en diciembre de 2018 en Sao Paulo gracias a las investigaciones de las policías Nacional española y Federal brasileña y el apoyo de Interpol.
Su extradición fue autorizada por la Corte Suprema en agosto de 2019.
2 comentarios
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Pues si que han tardado en echarle el guante al asesino éste.
La ejemplar y pacífica Transición ...