La encuesta de Metroscopia para Ultima Hora y otros periódicos españoles concluye que el estado de ánimo mayoritario de los electores es favorable a la convocatoria de unas nuevas elecciones generales.
El 42 % de los votantes preferiría un adelanto electoral «inmediato», y el 21 % desearía también elecciones anticipadas, pero concede un margen de tiempo al Gobierno socialista para convocarlas. Solo un tercio (37 %) opina que Sánchez debería gobernar hasta que acabe la legislatura, en 2020.
La preferencia mayoritaria entre los votantes de PP y Ciudadanos es que las elecciones se celebren cuanto antes: 74 % y 62 %, respectivamente. En cambio, entre el electorado de Unidos Podemos predominan la opción opuesta: el 58 % prefiere que Sánchez agote la legislatura. Sin embargo, el propio electorado del PSOE es el que se muestra más dividido: únicamente la mitad de sus votantes (51 %) —un porcentaje inferior en ocho puntos al de UP— desearía que este Ejecutivo gobierne hasta 2020, mientras que la otra mitad se reparte a partes iguales entre quienes anteponen elecciones inmediatas (24 %) y elecciones en un cierto periodo de tiempo (25 %).
PSOE y PP, en cabeza por este orden
Si se celebraran elecciones generales de manera inmediata, el PSOE y el PP serían ahora las fuerzas políticas más votadas en el conjunto de España con el 26,6 % y el 24,4 % de los votos.
Para el PSOE este resultado superaría en 3,9 puntos el obtenido hace dos años, y sería el mejor conseguido desde las elecciones de 2015, cuando hizo su entrada en escena el actual cuatripartidismo. Para el PP, aunque su voto ahora estimado sería inferior en casi nueve puntos a su resultado de 2016 (cuando logró el 33 % de los votos), la segunda plaza representa una apreciable recuperación en relación con los resultados estimandos por Metroscopia desde comienzos de año.
PSOE y PP estarían así capitalizando, al menos por el momento, el impacto innegable que en la vida política española ha tenido el hecho de que Pedro Sánchez presida ahora el Gobierno y que Casado haya sido objeto de una acogida ampliamente favorable entre el electorado popular.
En cuanto a Ciudadanos, que hasta finales de mayo encabezaba las preferencias electorales en la mayoría de los sondeos, quedaría ahora con un 20,1 % de los votos, siete puntos por encima del resultado de 2016, pero claramente por debajo del resultado que recurrentemente se le ha venido estimando.
Unidos Podemos, con un 16,1 % de los votos (cinco puntos menos que en 2016), quedaría en cuarto lugar. Esto haría que ahora la distancia de la formación morada respecto del PSOE sea de 10,5 puntos: en las elecciones últimas fue de tan solo 1,6.
Este resultado electoral que aquí se estima se basa en el supuesto de una participación electoral del 64 %, inferior en casi seis puntos a la de las elecciones de 2016 (entonces votó el 69,8 % del censo de residentes).
Tener en cuenta este dato es sumamente relevante dado que el porcentaje de electores que finalmente acabe votando resulta decisivo para el resultado final: la abstención es selectiva, esto es, no se reparte de manera proporcional entre todos los electorados. Hay unos partidos que en el momento de la votación (o en el momento del sondeo, como es el caso) cuentan con un electorado más fiel y otros, por el contrario, tienen votantes más volátiles
El PP es el partido que genera mayor rechazo
En estos momentos, la mitad de la ciudadanía (50 %) dice que en ningún caso votaría al PP si hubiera ahora unas nuevas elecciones generales. Este rechazo a votar a los populares es ampliamente mayoritario entre los votantes del PSOE (74 %) y abrumador entre los votantes de Unidos Podemos (90 %). Entre los votantes de Ciudadanos se reduce a solo uno de cada cuatro (25 %).
En esta escala de rechazo, Unidos Podemos ocupa la segunda posición: el 43 % de los españoles no le votaría en ningún caso. Entre quienes rechazan poder llegar a votar a la formación morada está el 96 % de los votantes del PP, el 66 % de los de Ciudadanos y el 26 % de los del PSOE.
El rechazo al PSOE y a Ciudadanos entre la ciudadanía es claramente inferior: solo el 20 % de los españoles dice que no votaría en ningún caso a los socialistas y solo el 16 % dice lo mismo respecto de la formación naranja.
El rechazo a votar a un partido aporta un dato interesante porque ayuda a estimar, entre otras cuestiones, los posibles techos y suelos electorales de cada partido (un partido que genera un rechazo masivo tiene más complicado ampliar su base electoral que otro que apenas tiene firmes detractores).
En este sentido, es también interesante comprobar que Unidos Podemos genera mayor rechazo en el votante del PSOE que a la inversa, el 26 % de los votantes socialistas no votarían nunca a UP frente al 14 % de los votantes de la formación morada que no votarían al PSOE.
El PP genera un claro mayor rechazo entre el electorado de Ciudadanos que a la inversa: el 25 % de los votantes de la formación naranja no votarían en ningún caso al PP frente a solo el 3 % de los votantes populares que no votarían nunca a Ciudadanos.
Se mantienen los bloques ideológicos
El nuevo escenario político y electoral que parecerían estar delineando los datos del sondeo tendría los rasgos distintivos siguientes: apenas se registra variación entre los bloques ideológicos. En las elecciones de 2016, la suma de los porcentajes de voto de PP y Ciudadanos fue el 46,1 % frente al 43,8 % de la suma PSOE+Unidos Podemos. Una diferencia de 2,3 puntos favorable a los partidos del bloque de centroderecha/derecha. Ahora, esta diferencia, favorable al mismo bloque, se situaría en 1,8 puntos:
Lo viejo seguiría superando a lo nuevo, aunque se recorta la distancia. Como ya ocurrió en las dos elecciones en las que las urnas arrojaron un esquema cuatripartidista —las de 2015 y 2016— la suma de los porcentajes de voto a favor de los dos partidos tradicionales (PSOE y PP) superarían a la suma de los porcentajes logrados por las dos nuevas formaciones políticas (Unidos Podemos y Ciudadanos).
Con todo, la diferencia se habría reducido de los 21,5 puntos de las elecciones de hace dos años a los 15 actuales (y la suma de PP y PSOE se quedaría al límite del 50 %)
Se consolida el cuatripartidismo
Los cuatro partidos mayoritarios se consolidan en el panorama electoral, pero adoptan otro modelo: del 1+3 al 2+2. Con un resultado real como el estimado con los datos de este sondeo son consolidaría el sistema de partidos cuatripartidista que emergió de las urnas tras las elecciones generales de 2015 y 2016, si bien ahora con un modelo 2+2 diferente al 1+2+1 de los anteriores comicios (cuando el PP se situó por delante como partido destacado, Ciudadanos quedó descolgado en la cuarta posición y, entre medias, PSOE y Unidos Podemos separados entre sí por menos de dos puntos).
No se visualiza un claro ganador
Si se repitieran las elecciones generales, el PSOE es hoy por hoy el preferido. Per difieren las expectativas sobre qué partido quedaría en primera posición: son más (35 %) quienes señalan hoy que el PP repetiría victoria frente a quienes creen que el PSOE ganaría (29 %).
Un 15 % apostaría por Ciudadanos y apenas un 1 % confía en que ganará UP.
La ausencia de claridad sobre el posible ganador es quizá uno de los indicadores más reveladores del grado de competitividad e incertidumbre que caracterizan el momento político actual.
La actual incertudimbre contrasta con la situación en 2015 y 2016, cuando el 68 % y el 77 % de los españoles, respectivamente, veía al PP como el partido con más probabilidades de ganar, lo que finalmente acabó sucediendo.
La preferencia de ganador
Aquí la situación se invierte y se amplían ligeramente las distancias sobre todo entre PSOE y PP: casi uno de cada tres españoles (29 %) preferiría que fueran los socialistas quienes se alzaran con la victoria. Por su parte, PP y Ciudadanos cuentan hoy exactamente con la misma proporción de partidarios de su triunfo (18 %). Unidos Podemos quedaría algo descolgado en cuarta posición: solo el 13 % querría que la formación morada ganara las elecciones.
1 comentario
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Entonces resulta que el 58% está a favor de que no se convoquen...