El líder del partido político español Podemos, Pablo Iglesias, durante un acto público con residentes españoles realizado en el Círculo Español en el barrio de Astoria de la ciudad de Nueva York (EE.UU.) el pasado 16 de febrero. | Miguel Rajmil

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El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, afirma en una entrevista en la revista Vanity Fair que «conocía todo lo que se ha escrito» sobre los dirigentes de su partido Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón. «Son actividades públicas», añade.

Pablo Iglesias aparece fotografiado con unos guantes de boxeo y a la pregunta de «¿con quién se identifica?», responde: «Hombre, no soy como Jesucristo, pero a mí la interpretación que hace Francisco del Evangelio me convence. Creo que ahora mismo Bergoglio y yo estamos en la misma barricada».

El líder de Podemos reconoce entre sus debilidades la arrogancia y la soberbia, señala que su partido es «un desafío enorme» y dice que «es normal» que «saquen todo tipo de barbaridades».

Iglesias es uno de los jóvenes políticos que aparecen en la revista Vanity Fair en su número de marzo, que además también entrevista a Alberto Garzón (IU), Albert Rivera (Ciudadanos), Tania Sánchez (Convocatoria por Madrid), Ada Colau (Ganemos) y Borja Semper (PP).

No está entre ellos el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que no ha querido participar en estas entrevistas, informa la revista en un comunicado.

En el reportaje, realizado antes de que Tania Sánchez abandonara Izquierda Unida para formar una nueva organización, la joven política madrileña posa en una fotografía con el centro de Madrid de fondo junto a quien todavía era su compañero partido, Alberto Garzón, quien hace cierta autocrítica.

«IU se ha olvidado de que, además de ganar las elecciones, hay que transformar la sociedad. (...) Nos hemos encerrado en los despachos», lamenta Garzón, mientras que Tania Sánchez aboga por que «el poder político esté donde tiene que estar, que es con la mayoría de la gente». «Que las leyes estén al servicio de las personas y no de los mercados», apunta.

Otro de los políticos en ascenso es el catalán Albert Rivera, de Ciudadanos, quien no oculta su objetivo: «No hay nada imposible. Queremos gobernar». «Con la misma humildad digo que si mañana hacemos mal las cosas, desapareceremos», promete Rivera.

Por su parte, la activista antidesahucios Ada Colau, fundadora de Guanyem, aspira a alcanzar la alcaldía de Barcelona y cuenta que hace política «con mayúsculas», entendida como «lucha ciudadana», desde que tiene uso de razón.

A Borja Sémper, presidente del PP de Guipúzcoa y presentado como «la generación moderna del partido conservador», le parece que el peor escándalo en su casa ha sido «el pájaro de Bárcenas». Dice que si gobernará, la primera medida que adoptaría sería «cargarse el IVA cultural» y apuesta por potenciar el perfil centrista y liberal de su partido.