Muñoz anunció ayer que deja la política tras conocerse que ha viajado en doce ocasiones a Canarias en los últimos tres años, un hecho que, según ha dicho en declaraciones a los medios, no supone «ni delito, ni irregularidad ni falta administrativa» y por el que se le está poniendo «en el disparadero».
El diputado ha insistido en que estas tarjetas sirven para viajar por el territorio nacional y volver, tras las sesiones de trabajo, a casa con la familia, y que «se da la circunstancia» de que su pareja en esos momentos «residía en otro sitio», aunque también ella vivía algunos meses en su casa en Teruel para poder compaginar su relación con los hijos de ambos.
«No he ido a Torremolinos ni a la Costa Brava de vacaciones», ha subrayado, antes de repetir que ha hecho esos viajes porque tenía una relación de pareja con una persona que vivía en Tenerife y que todo este asunto ha saltado a los medios y redes sociales «tras detectarse al presidente de una comunidad autónoma» -en relación al extremeño José Antonio Monago- con su expareja.
Muñoz ha incidido en que la dirección regional del PP no le ha presionado para que dimita, aunque sí ha reconocido que la presidenta, Luisa Fernanda Rudi, le pidió «explicaciones» y que fue entonces cuando decidió «dar un paso atrás».
Además de dejar su acta de diputado, el próximo martes, y la secretaría provincial, Muñoz ha ratificado que no seguirá como militante del PP porque se ha llegado a un punto en política en el que «todo vale» y no está dispuesto a que se le intente poner en el «pim pam pum».
Ha añadido que desde que se ha conocido su renuncia, ha tenido «muchísimo apoyo y cientos de llamadas» del partido, amigos y compañeros del grupo popular en el Congreso y, sobre si Monago, debería dimitir, ha dicho que deberá hacer «lo que crea oportuno» porque es «respetuoso» con la vida de los demás, como le gusta que lo sean con la suya.
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