Los grupos parlamentarios (todos menos el PP y UPN) han presentado un total de doce enmiendas a la totalidad a los presupuestos generales del Estado para el año que viene, cuyo debate ha comenzado hoy en el Congreso de los Diputados, y terminará mañana.
Como es preceptivo, el debate ha comenzado con la defensa del proyecto por parte del titular de Hacienda, que ha dedicado un discurso de algo más de una hora -al que han asistido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y varios ministros- a trasladar que, tras años de sacrificios, es «el momento de la confianza».
El ministro ha defendido que los presupuestos de 2015 abren una etapa de mayor creación de empleo y fortalecimiento del crecimiento (será del 2 %), lo que les hace ser, a su juicio, los «más esperanzadores».
Ha señalado que para conseguir esta recuperación no hay atajos ni milagros, «hay esfuerzo, trabajo, voluntad y seriedad, así como políticas adecuadas impulsadas por el Gobierno y el trabajo de toda la sociedad».
A su juicio, hasta ahora los esfuerzos se han dedicado a superar una herencia difícil (la socialista), para asomarse ya con «confianza y seguridad» a un futuro de mayor prosperidad.
Montoro ha pedido el apoyo de los grupos y ha incidido en que las medidas adoptadas se han tomado con coherencia, «con una política económica que ha transitado por la única senda posible, que es la de la estabilidad presupuestaria y la de las reformas estructurales».
En su discurso ha recordado que el presupuesto de gasto consolidado (incluye el Estado, la Seguridad Social, los organismos autónomos, agencias estatales y organismos públicos) asciende a 347.839 millones de euros, el 0,4 % más que en 2014.
Además, ha afirmado que el gasto social supone el 53,9 % del gasto, frente al 52,7 % del año anterior, del que el 70,25 % se destina a pensiones, cuyo gasto crece el 3 % respecto a 2014.
Ha añadido que para dotar de liquidez a las administraciones territoriales se han destinado hasta el momento 136.789 millones, una cifra que subirá hasta los 163.373 millones en 2015.
Tras este discurso, en la defensa de la enmienda a la totalidad del grupo socialista, el líder de la oposición y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha asegurado que el PP «llegó al poder mintiendo y aspiran a quedarse en el poder mintiendo».
Sánchez ha acusado a Montoro de fomentar un proyecto político basado en la desigualdad y en el engaño masivo.
Ha afirmado que las previsiones gubernamentales son «inverosímiles» y ha destacado que el Ejecutivo con una mano aprueba amnistías fiscales «vergonzantes» y con la otra «recorta y recorta».
Sánchez ha asegurado que cuando el Gobierno dice que la recuperación «ha venido para quedarse» y tiene «raíces vigorosas» se está dirigiendo sólo al 10 % de la población, y no al otro 90 % restante (jóvenes emigrantes, desahuciados, autónomos a las que han subido las cotizaciones, familias trabajadoras, clase media, según ha enumerado).
En un duro cara a cara en el que se han sucedido referencias a escándalos como el de las tarjetas opacas de Caja Madrid o la imputación del exministro Ángel Acebes, Montoro ha desacreditado los argumentos de Sánchez, al que se ha referido como «flamante» líder socialista (el quinto al que se enfrenta, ha recordado) y «profesional de la economía».
El ministro le ha acusado de traer «espuertas de demagogia a la tribuna» y le ha advertido de que le recuerda «mucho a antecesores suyos, demasiado».
El debate ha continuado con CiU, que ha lamentado el «continuado y constante desdén» del Gobierno hacia Cataluña, y seguirá con el resto de los grupos entre hoy y mañana.
Todos, excepto PP y UPN, han presentado enmiendas a la totalidad, aunque la mayoría absoluta del partido gobernante permitirá al proyecto continuar su tramitación parlamentaria hasta su aprobación definitiva en diciembre.
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