El presidente de Siria, Bashar al Assad, ha advertido de que su Gobierno no pondrá bajo supervisión internacional su arsenal químico si Estados Unidos no pone fin a sus amenazas sobre una posible intervención militar, según una entrevista a la televisión rusa recogida por la agencia RIA Novosti.
Asimismo, Al Assad ha dicho que Damasco comenzará a entregar información sobre su arsenal químico un mes después de unirse a la Convención sobre Armas Químicas.
"Cuando veamos que Estados Unidos realmente quiere estabilidad en nuestra región y deje de amenazar, tratando de atacar, y también cese el envío de armas a los terroristas, entonces creeremos que pueden concluirse los procesos necesarios", ha afirmado el mandatario.
Las declaraciones de Al Assad llegan horas antes de la reunión que tienen previsto mantener en Ginebra (Suiza) los ministros de Asuntos Exteriores de Rusia y Estados, Sergei Lavrov y John Kerry, para dialogar sobre la propuesta del Gobierno ruso de que el régimen sirio entregue a la comunidad internacional todo su arsenal químico.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha advertido esta semana de que el plan de entrega del arsenal no tendrá éxito si Estados Unidos no abandona sus planes de lanzar un ataque militar contra el régimen de Bashar al Assad por el ataque químico perpetrado el pasado 21 de agosto en los suburbios del este de Damasco.
El régimen de Damasco, que niega haber sido el responsable de ese ataque, ha acordado con Moscú poner bajo control internacional todo su armamento químico, para intentar evitar así que Estados Unidos lance su operación militar.
armas a los rebeldes
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos ha empezado a entregar armas a los rebeldes sirios, según han revelado fuentes estadounidenses y sirias al diario 'The Washington Post', en el marco de los debates internacionales sobre una intervención militar extranjera.
Al parecer, los envíos de armas comenzaron a llegar hace dos semanas a territorio sirio a través de una red de bases clandestinas en Turquía y Jordania que la CIA comenzó a desarrollar el año pasado para ayudar a sus aliado regionales, principalmente Arabia Saudí y Qatar.
Las armas estarían destinadas directamente al Consejo Supremo Militar (CSM), la única estructura profesional de las fuerzas rebeldes, que está liderado por el general Salem Idriss e integrado por un amplio rango de desertores de las Fuerzas Armadas sirias.
Los envíos consistirían en armas ligeras y municiones, entre otros equipos militares, por lo que todavía estarían lejos de colmar las demandas de los rebeldes sirios, que han pedido con insistencia armas antitanque y antiaéreas.
Por su parte, el Departamento de Estado comenzó a enviar la pasada primavera ayuda no letal a los rebeldes sirios -comida energética, vehículos y otros equipos militares-, aunque no incluyen gafas de visión nocturna e indumentaria protectora, como piden los rebeldes sirios.
Las fuentes estadounidenses han admitido que toda esta ayuda no llega a las zonas donde más se necesita, sino a las más accesibles, dadas las dificultades de entrar en un país en conflicto y con infiltración de grupos terroristas.
El portavoz de la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria (CNFORS), Jaled Salé, que ayer confirmó desde Washington que habían comenzado a recibir armas estadounidenses, ha valorado la ayuda de la Casa Blanca, pero ha considerado que es insuficiente, si se compara con la que el régimen de Bashar al Assad recibe de países como Rusia.
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