Reunión. El secretario de Estado norteamericano John Kerry ríe junto con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov - Reuters

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El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, ha asegurado este viernes que Estados Unidos y Rusia deben encontrar caminos para trabajar juntos pese a sus marcadas diferencias y ponerse de acuerdo sobre la estrategia en Siria y otros lugares conflictivos.

Aunque ambos Gobiernos difieren en aspectos clave de la crisis Siria, Kerry ha sostenido que "nosotros y nuestros países estamos de acuerdo en evitar el colapso institucional y la caída en el caos, por lo que la última respuesta es una solución política negociada".

Kerry y el secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, serán los anfitriones de sus homólogos rusos, Sergei Lavrov y Sergei Shoigu, en las cinco horas de las denominadas conversaciones '2+2' de seguridad y estrategia.

Sin embargo, en su discurso de apertura, Lavrov no ha hecho mención a ninguno de los puntos calientes globales, aunque sí se ha hecho eco de las palabras de Kerry y ha subrayado la necesidad de lograr conseguir que tanto el Gobierno sirio como los rebeldes se reúnan en Ginebra para iniciar sus conversaciones.

"Discutiremos sobre estas diferencias hoy con seguridad, pero este encuentro sigue siendo importante por encima de las colisiones y momentos de desacuerdo", ha asegurado el secretario de Estado estadounidense.

El secretario de Estado ha incidido en que es crítico que ambos países sean claros sobre sus diferencias pero que también busquen avanzar en las cuestiones de defensa de misiles, Afganistán, las disputas nucleares con Irán y Corea del Norte y la guerra civil en Siria.

Los vínculos entre ambos países se han tensado después de la decisión del Gobierno ruso de garantizar asilo al extrabajador de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense Edward Snowden, aunque según Kerry "estaban marcadas por los intereses compartidos de ambos, y a veces por los intereses chocantes y conflictivos".

Este miércoles el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, canceló la reunión que tenía prevista para el próximo mes de septiembre en Moscú con el presidente ruso, Vladimir Putin.

La Casa Blanca justificó esta decisión, entre otros motivos, por la "decepcionante" decisión de Rusia de conceder asilo político a Snowden, después de que Estados Unidos hubiera reclamado su entrega para procesarlo por cargos de espionaje.

Estados Unidos informó en su comunicado que, aunque se valoraron los "logros alcanzados" entre los dos países, también se tuvieron en cuenta "la falta de avances" en algunos asuntos, como el sistema de defensa antimisiles y el control de armas, las relaciones comerciales, la seguridad global y la situación de los Derechos Humanos.

Putin
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha rechazado la oferta de las autoridades saudíes para que Moscú redujese su apoyo al Gobierno del presidente Bashar al Assad a cambio de unos suculentos incentivos económicos, incluido un acuerdo para la compra de armas rusas, según ha informado este viernes el Kremlin.
El asesor de política exterior de Putin, Yuri Ushakov, ha asegurado a la agencia de noticias Reuters que el jefe de Inteligencia de Arabia Saudí, el príncipe Bandar, fue quien hizo la oferta al jefe de Estado ruso la semana pasada.

Putin no ha aceptado el acuerdo, ha declarado Ushakov ante los medios. Además, "no han tratado cuestiones específicas sobre cooperación militar" y únicamente "se han mostrado preocupados por la situación en Siria", ha agregado.

Desde el comienzo del conflicto armado en Siria, en marzo de 2011, Rusia se ha mostrado como uno de los principales aliados de Al Assad y lo ha respaldado tanto por vía armamentística como diplomática. Cualquier cambio en la postura de las autoridades rusas hacia Siria podría suponer el fin de los obstáculos para que el Consejo de Seguridad de la ONU actúe en el país.

Fuentes cercanas a la oposición siria han indicado que el príncipe Bandar se había ofrecido a comprar armamento ruso por un valor estimado de 15 mil millones de dólares (11,21 millones de euros) y a asegurar el papel de Rusia en Europa, el principal proveedor de gas en todo el continente.