España es el país del mundo que más subió el IVA en 2012, con un incremento de tres puntos en la tasa general (del 18 al 21 por ciento), con lo que se encuentra ya en el promedio de los países de la UE, situado en el 21,13 por ciento, y muy por encima de la media mundial del 15,5 por ciento, según un estudio de KPMG sobre los impuestos indirectos y el impuesto de sociedades en el mundo.
Además del tipo general, España también incrementó el tipo reducido desde el 8 por ciento hasta el 10 por ciento y rebajó los productos o servicios a los que se aplica este tipo reducido, incrementándose por tanto a los que resulta de aplicación el tipo general.
Junto con España, los incrementos del IVA más altos en 2012 correspondieron a otros países como Hungría (del 25 al 27 por ciento), Irlanda (del 21 al 23 por ciento), Holanda (del 19 al 21 por ciento) y Serbia (del 18 al 20 por cientos). De esta forma, los tipos generales de este impuesto más elevados del mundo corresponden a Hungría (27 por ciento), Islandia (25,5 por ciento) y a un grupo formado por Suecia, Dinamarca, Noruega y Croacia, todos ellos con un 25 por ciento.
En cambio, la isla de Aruba aplica el IVA más bajo del mundo, del 1,5 por ciento, seguido por un conjunto de países donde está situado en el 5 por ciento, y que está formado por Japón, Canadá, Yemen y Nigeria.
El estudio de KPMG destaca que los gobiernos tienden a incrementar los impuestos indirectos para obtener más ingresos y, de hecho, en el año 2012 este incremento se ha situado en el 0,17 por ciento en el conjunto de los países analizados, hasta situarse en la media del 15,5 por ciento. En África y Asia se dieron los aumentos más significativos, del 14,17 al 14,57 por ciento y del 11,84 al 12,14 por ciento, respectivamente.
En las últimas dos décadas se ha producido también un incremento en el número de países que utilizan la tributación indirecta para financiar sus necesidades de gasto. De acuerdo con la OCDE, los impuestos indirectos están establecidos en más de 150 estados, incluyendo 33 de los 34 que componen la organización, con Estados Unidos como única excepción.
De esta forma, los impuestos sobre el consumo representan el 31% de todos los ingresos recaudados por los gobiernos de los países de la OCDE y el 20 por ciento de todos los ingresos fiscales mundiales. "Los impuestos sobre el consumo constituyen una fuente de ingresos a la que pocos gobiernos pueden resistirse. Su aplicación no depende de beneficios empresariales, ofrecen un flujo continuo de ingresos y se recaudan con mucha más rapidez que los impuestos sobre sociedades", destaca el socio responsable del Área de Tributación Indirecta de KPMG Abogados, Celso García Granda.
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