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El Gobierno propuso ayer a los agentes sociales subir un 0,6 por ciento el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a partir del próximo 1 de enero de 2013, que pasaría de 641,40 euros a 645,30 euros. Al respecto, UGT y CCOO consideran injusta y rechazable la propuesta del Ejecutivo.

Las nuevas cuantías propuestas son "coherentes" con el aumento de salarios en 2013 recogido en el II Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, firmado el pasado mes de enero, según el Gobierno.

El acuerdo está facilitando la obtención de ganancias de competitividad que permiten atraer inversiones extranjeras y corregir el desequilibrio externo acumulado en la fase de expansión, contribuyendo así a la recuperación económica.

Por esta razón, el Gobierno considera que el Salario Mínimo debería incrementarse en la cuantía máxima de revalorización prevista por dicho acuerdo, es decir, un 0,6 por ciento, hasta los 645,30 euros al mes.

De este modo, el SMI subiría ligeramente después de haberse congelado el año pasado en 641,40 euros tras la subida del 1,3 por ciento aprobada por el Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero para 2011.

El Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha remitido a los agentes sociales su propuesta, que se concreta en un salario diario de 21,51 euros frente a los 21,38 euros fijados hasta ahora.

El incremento propuesto, según el Departamento dirigido por Fátima Báñez, responde al difícil contexto económico que obliga a la adopción de políticas salariales que puedan contribuir al objetivo prioritario de recuperación económica y a la creación de empleo. Al mismo tiempo, con esta subida se reconoce la necesidad de una mejora, tras el mantenimiento de las cuantías decidido para el año 2012, ha asegurado el Ministerio.

CCOO y UGT enviaron una carta, a mediados de este mes, a Báñez, para que el salario mínimo recuperara los 4,6 puntos de poder adquisitivo perdido desde 2010 y se evitara una nueva pérdida en 2013. Las centrales reclamaban a la ministra la inclusión de un mecanismo de actualización automática del SMI, referenciado a la inflación de diciembre. El objetivo: recuperar el poder adquisitivo perdido hasta 2012 y que no merme aún más desde 2013.

En cambio, el Gobierno decidió congelar el Indicador Público de Rentas con Efectos Múltiples (Iprem), índice que se utiliza como referencia para la concesión de becas, ayudas y el paro.