La ofensiva israelí en Gaza cumple su cuarto día con 45 palestinos muertos, 16 de ellos ayer, 440 heridos, y el bombardeo de varios edificios del gobierno de Hamás, incluidas las oficinas del primer ministro, Ismail Haniye.
Aviones israelíes intensificaron sus bombardeos a largo de la jornada y atacaron al menos 300 objetivos en distintos puntos de la franja, que provocaron once muertos, a los que se sumaron otros dos que fallecieron por heridas de gravedad en ataques previos.
Por su parte, las milicias palestinas dispararon ayer contra Israel 158 cohetes, de los que 34 fueron derribados en el aire por la batería anti-misiles Cúpula de Hierro, según datos del Ejército israelí.
Uno de ellos hizo blanco por la mañana en un edificio de la ciudad de Ashdod, unos 30 kilómetros al norte de la franja, aunque también fueron alcanzadas la comunidad cooperativa Beer Tuvia, el Consejo Regional de Eshkol, Beer Sheva y Tel Aviv, entre otros.
El último parte militar del Ejército israelí informa de cinco civiles y cuatro soldados heridos ayer.
En Gaza las últimas víctimas son tres palestinos que perdieron la vida en los bombardeos a noche, según Ashraf Al-Qedra, portavoz del Ministerio de Sanidad en Gaza, que no precisó si eran civiles o milicianos.
La acumulación de muertos y heridos comenzó desde primera hora, cuando un hombre falleció en un bombardeo aéreo al este de la localidad de Jan Yunes, y otros tres en un ataque similar al este del campo de refugiados de Al-Mughazi,
Además, otras cuatro personas murieron a primera hora en otro bombardeo de la aviación israelí al este de la ciudad de Rafah, en el sur de la franja y el resto en ataques posteriores.
Efe pudo constatar cómo la sede de las oficinas de Haniye quedó completamente derruida y a primera hora aún se podían apreciar cascotes humeantes y escombros sobre los que la población había colocado cuatro banderas palestinas.
Algunos curiosos se acercaron a la zona, que vigilaban varios hombres de Hamás armados, mientras que el suministro eléctrico alrededor de la sede gubernamental quedó interrumpido y desde primera hora era perceptible el vuelo de los aviones no tripulados de la aviación israelí.
La sede bombardeada era donde las autoridades de Hamás tenían previsto recibir ayer al ministro de Exteriores de Túnez, Rafiq Abdel Salam, que visitó la franja como muestra de solidaridad, siguiendo los pasos, ayer, del primer ministro egipcio, Hisham Qandil.
"Lo que se le ha permitido a Israel hacer en Gaza en el pasado ya no se le va a permitir, a causa de los cambios en el mundo árabe", dijo Abdel Salam.
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