El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, revalidó ayer la mayoría absoluta subiendo hasta los 41 escaños, desde los 38 de partida. El éxito de Feijóo refuerza a Mariano Rajoy, ya que los socialistas habían planteado la campaña electoral como un plebiscito a su gestión.
Los socialistas se hunden en Galicia, comunidad en la que han perdido siete escaños --de 25 a 18-- y se han visto superados en número de votos por los nacionalistas del BNG y AGE, aunque al haber ido por separado, han sumado entre los dos partidos 16 escaños, eso sí con la escisión que lidera Beiras por delante con 9 escaños.
Los resultados del PP en Galicia no defraudan a Rajoy quien, por segunda vez consecutiva va a recibir un buen balón de oxígeno de su comunidad de origen. En 2009 le sirvió para consolidar su liderazgo, con la experiencia reciente del controvertido congreso de Valencia de 2008, tras la segunda derrota frente a Zapatero. En aquel momento, la mayoría absoluta cosechada por Feijóo le proporcionó un importante respiro para los años siguientes ya que se presentaba la votación como la reválida de Rajoy.
La victoria en las gallegas supone un refuerzo al presidente del Gobierno, sobre todo en la política económica que ha puesto en marcha desde que ganó las generales hace 10 meses y que ha supuesto renunciar, al menos de momento, a su programa electoral, ya que se ha centrado en cuadrar las cuentas, incumpliendo promesas como la de no subir impuestos.
Si la victoria se mide en los términos en los que había planteado el PSOE estas elecciones en Galicia, de un plebiscito contra los recortes y la subida de impuestos, se podría decir que Rajoy lo ha superado con nota y que los ciudadanos, al menos los gallegos, han entendido que, por duro que sea, el de los ajustes es el camino.
No obstante, los populares tampoco las tenían todas consigo inicialmente, y ello propició que Feijóo hiciera la campaña marcando distancias, primero con la desaparición de las siglas del PP en los carteles electorales y después evitando coincidir con Rajoy en actos de campaña. A pesar incluso de que contaban con encuestas en las que les daban la mayoría absoluta.
Pero no querían lanzar las campanas al vuelo, sobre todo después de la amarga victoria en Andalucía, donde esperaban una mayoría absoluta para poder gobernar y se encontraron con que PSOE e IU sumaron para dejarles sin el gobierno andaluz. Ayer domingo, Feijóo igualó a Manuel Fraga en 2001, cuando éste consiguió 41 escaños.
El jefe del Ejecutivo se quita así una preocupación, pero ésta se instala en Ferraz, ya que la caída del PSdeG, que pierde siete escaños, puede reabrir las heridas y cuestionar el liderazgo de su secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba, quien no ha conseguido detener la sangría que registraron en las pasadas generales, a pesar de haber podido mantener el gobierno en Andalucía y de recuperar Asturias hace unos meses.
Los socialistas gallegos no empezaron con buen pie la campaña, la convocatoria les pilló sin candidato y tuvieron que elegir a Patxi Vázquez con urgencia. Además, la 'operación Pokemon' les añadió un problema, ya que, aunque afectó a todos los partidos, el imputado más significativo fue el alcalde de Orense, que no quería dimitir.
Aunque plantearon los comicios como un plebiscito a los recortes de Rajoy, el retroceso de los socialistas en Galicia devuelve a este partido a unos niveles de apoyo muy bajos. El PSdeG ha perdido más de la mitad de los votos, probablemente afectado por la alta abstención de estos comicios que ha crecido 7 puntos. De hecho, el número de votantes cosechado por los socialistas es menor que la suma de los votantes de los dos partidos nacionalistas.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.