El recién nombrado primer ministro italiano, Mario Monti, hizo públicos ayer los nombres que conformarán el nuevo Ejecutivo de emergencia. Entre ellos se encuentran profesores, juristas, economistas y embajadores, lo que relega a la clase política a un segundo plano.
Con este anuncio, Monti ha confirmado algo con lo que se venía especulando en los últimos días: será él mismo quien gestione el Ministerio de Economía, la cartera más peliaguda tras la crisis de la deuda. El nuevo gabinete ya ha prestado juramento y hoy tendrá que pedir a las dos Cámaras su confianza.
Monti sorprendía así ayer al anunciar que su Gobierno estaría formado únicamente por tecnócratas. Hasta ese momento, se había hablado de la posibilidad de un Ejecutivo mixto en el que parte de las responsabilidades se delegarían en políticos muy conocidos en Italia, como Gianni Letta o Giuliano Amato. Al parecer, esta hipótesis habría sido rechazada por algunos partidos durante la ronda de contactos celebrada al comienzo de la semana.
El nuevo gabinete, por tanto, estará formado únicamente por técnicos, 12 ministros y cuatro delegados. Algunas de las carteras se fusionarán con el objetivo de reducir al máximo la estructura de la Administración. Por ejemplo, los ministerios de Desarrollo y el de Infraestructuras estarán dirigidos por una sola persona: el administrador general del banco Intesa San Paolo, Corrado Passera.
Lo mismo ocurrirá con los asuntos relacionados con el bienestar y la igualdad, gestionados hasta ahora por dos ministerios diferentes. En esta nueva etapa, los dos ámbitos se unirán y serán dirigidos por la profesora de Derecho Administrativo Elsa Fornero.
El resto de los ministerios estarán dirigidos por figuras que, por lo general, son poco conocidas en Italia, como el profesor Giulio Terzi di Sant Agata, en Exteriores; el experto en Derecho Sanitario Renato Balduzzi, en Sanidad; o el almirante Giampoaolo di Paola, en Defensa. La cartera de Economía estará en manos del propio Mario Monti.
Quizá el nombre más familiar para los italianos sea el de Antonio Catricalá, actual presidente del Tribunal Constitucional. El nuevo mandatario le propondrá como subsecretario a la Presidencia del Consejo de Ministros.
El Ejecutivo estará formado por otras cuatro personas que no dirigirán ningún ministerio, pero que se encargarán de algunos asuntos importantes como la cohesión territorial, la cooperación internacional o las relaciones con el Parlamento.
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