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El autor confeso del doble atentado de Noruega, Anders Behring Breivik, planeó otros ataques con bomba contra el Palacio Real de Oslo y la sede del partido socialdemócrata del primer ministro Jens Stoltenberg, pero los desestimó por ser inviables.

Según informaba ayer el popular diario "VG", que se remite a fuentes policiales, el fundamentalista cristiano y ultraderechista pretendía con ello atacar, por partida doble, la residencia oficial de la casa real, así como el partido socialdemócrata.

El propio Breivik habría explicado estos planes a la policía en su interrogatorio del viernes, que se prolongó durante más de diez horas y en el que el detenido dio amplia información sobre sus propósitos.

En la sesión, el autor de los atentados fue informado asimismo por primera vez del número de víctimas mortales de su doble atentado, un total de 77.

Según explicó a ese medio el abogado de Breivik, Geir Lippestad, su defendido no mostró la menor reacción a esas informaciones.

"No percibí ningún tipo de reacción. No vi ni una sonrisa ni signos de decepción", explicó el abogado, único contacto con el exterior de su defendido, que está en régimen de aislamiento total.

Lippestad ya avanzó el viernes, en declaraciones a otro medio noruego, que su defendido había pretendido perpetrar otros ataques, pero que finalmente las cosas "no salieron como pensó".

Según afirmaban ayer varios medios noruegos, Breivik se resiste a que se le someta a los exámenes forenses psiquiátricos previstos para la próxima semana.

La policía subió el viernes la cifra de víctimas a 77, ocho en el atentado con coche bomba de la capital y las restantes 69 en el ataque posterior a la vecina isla de Utøya.

Los servicios secretos noruegos, PST, informaron de que no creen que haya aumentado el peligro de un ataque terrorista por parte de la ultraderecha tras el doble atentado de Breivik.

El nivel de peligro se mantiene en la misma escala que antes de esos ataques, según fuentes del espionaje noruego, que parten de la base de que Breivik planeó y perpetró solo tanto su atentado con coche bomba en Oslo como el posterior tiroteo en la isla.

Los servicios secretos consideran que "sólo muy escasas" personas son capaces de planear y llevar a cabo un atentado de estas dimensiones, por lo que "tanto a escala nacional como internacional actos terroristas como el de Oslo y Utøya son la excepción".

La mayoría de las víctimas eran adolescentes de entre 14 y 16 años, aunque también hay adultos, el mayor de ellos de 61 años.

El viernes se celebró el primer entierro de una víctima, una muchacha de 18 años de origen kurdo, en una ceremonia mixta musulmana y luterana.

Desde ayer se vienen desarrollando numerosas ceremonias, tanto institucionales como de los familiares, mezcladas con las continuas concentraciones junto a la catedral de Oslo, cuyos alrededores han quedado cubiertos de flores, velas y mensajes de condolencia.

Ayer mismo se celebró en el interior del templo un emotivo concierto de música clásica y pop, con asistencia del príncipe heredero Haakon, miembros del cuerpo de policía, equipos de salvamento y familiares de las víctimas.