La indignación causada por el escándalo de las escuchas telefónicas ilegales ha acabado con el dominical sensacionalista "News of the world" del imperio Murdoch, uno de los más vendidos del Reino Unido y que dejará de editarse este domingo.
El cierre de una publicación famosa por sus agresivas exclusivas se produce después de que esta semana se supiera que, para lograr algunas de ellas, espió no solo a personalidades de la vida británica, sino también a familiares de víctimas de asesinato o soldados fallecidos en Irak.
Un día después de que el escándalo alborotase al Parlamento británico, el presidente de News International (grupo editor de la publicación), James Murdoch, anunció ayer por sorpresa el cierre a los trabajadores del rotativo, "hermano" dominical del famoso "The Sun" y con 168 años de historia.
Las acciones del grupo estaban cayendo en bolsa y el miércoles el primer ministro británico, David Cameron, favoreció otras investigaciones al margen de la policial sobre las prácticas del dominical.
En su declaración a la plantilla, el hijo del magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch dijo que todo lo bueno que había hecho la publicación en su larga trayectoria había quedado "mancillado por un comportamiento equivocado" y concedió que el periódico, que se dedica "a pedir cuentas a los demás", había fallado en cuestionarse a sí mismo.
El tabloide sensacionalista estaba en el centro de un escándalo por escuchas ilegales a políticos y famosos que estalló en 2006 y que llevó a la cárcel a su corresponsal de Familia Real, Clive Goodman, y su socio, el detective privado Glen Mulcaire, pero en los últimos días se difundieron nuevos detalles que han acabado provocando su caída.
Además de haber pinchado los buzones de voz de los móviles de famosos como la actriz Sienna Miller o la familia real británica, se ha sabido que reporteros de la publicación habían intentado interceptar las comunicaciones de familiares de las víctimas de los atentados terroristas de Londres en 2005 y de niñas asesinadas.
En un comunicado, James Murdoch reconoció que el diario había fracasado al no investigar más a fondo el alcance de la práctica de las escuchas ilegales y al mantener, incluso ante el Parlamento, que se trataba de una actividad aislada.
La policía ha encontrado casi 4.000 nombres de posibles víctimas de pinchazos en los documentos entregados por el tabloide y cientos de personas se han puesto en contacto con los agentes al sospechar que sus teléfonos podían haber sido intervenidos.
Murdoch reconoció que las indemnizaciones extrajudiciales pagadas con su autorización a algunos afectados, como Sienna Miller o el publicista Max Clifford, fueron también una equivocación, que se debió a que él no contaba entonces con todos los datos.
Para compensar al menos parcialmente el daño causado, el empresario ha decidido que toda la recaudación de la última edición este domingo del "News of the world", con unos 2,8 millones de ejemplares de tirada, vaya a organizaciones de caridad, que también podrán anunciarse gratuitamente en sus páginas.
La noticia del cierre del periódico ha sido bien recibida por críticos como el diputado laborista Tom Watson, que calificó la decisión como "una victoria para la gente decente", si bien otros políticos la consideraron un lavado de cara.
El líder de la oposición laborista, Ed Miliband, dijo que el cierre de la publicación es insuficiente para restablecer la reputación de News International si no se investiga a sus máximos responsables.
Por su parte, el ex viceprimer ministro John Prescott, una de las víctimas de las escuchas, lamentó que la clausura vaya a suponer el despido de unos 200 periodistas, mientras que sus jefes, como la exdirectora Rebekah Brooks, escapan impunes.
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