La OTAN aseguró ayer que proseguirá sus operaciones en Libia todo el tiempo que sea necesario, para lo que pidió de nuevo medios adicionales, aunque ya está pensando en la era post Gadafi e insta a la ONU a comenzar a planificarla.
Los ministros de Defensa de los países de la Alianza Atlántica, reunidos en Bruselas, están decididos a "mantener la presión todo lo que sea necesario para lograr un pronto final de la crisis libia", dijo el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen. Así, la OTAN ha decidido prorrogar a partir del 27 de junio, durante 90 días, la operación "Protector Unificado".
Rasmussen explicó que la Alianza ha mermado significativamente la capacidad militar de las fuerzas de Muamar el Gadafi, aunque advirtió de que "todavía siguen siendo una amenaza".
En este sentido, los ministros expresaron su compromiso de aportar "los medios necesarios y la máxima flexibilidad operativa" para la misión y afirmaron que recibirán satisfactoriamente eventuales "contribuciones adicionales", en un llamamiento a los aliados y no aliados a apoyar más la operación.
Pese a asegurar que la OTAN "dispone de las capacidades militares necesarias para proseguir con la misión", Rasmussen pidió una postura "más flexible" de los países a la hora de definir cómo se emplean los medios que aportan y que aquellos que participan en la zona de exclusión aérea también lancen ataques.
Pero de momento ningún estado ha anunciado más contribuciones ni se ha mostrado dispuesto participar en los bombardeos más allá de los que ya lo hacen.
La titular española de Defensa, Carme Chacón, anunció en Bruselas que presentará el próximo viernes al Consejo de Ministros una "prórroga indefinida" de la contribución de España a las operaciones de la OTAN en Libia.
No obstante, la ampliación que estudiará el Gobierno será "con la misma contribución y el mismo formato", lo que significa que España seguirá sin participar en los bombardeos aéreos.
Alemania, que se abstuvo en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU que autorizó la intervención internacional en Libia para proteger a los civiles, mantiene su rechazo a participar militarmente en la operación de la OTAN en el país africano.
Por su parte, el Gobierno de centro-derecha sueco anunció ayer un acuerdo con las dos principales fuerzas de la oposición para prolongar la participación en la operación contra el régimen libio, pero sus cazabombarderos seguirán sin lanzar ataques.
Mientras, Noruega reducirá su papel en los bombardeos de la OTAN, según medios de comunicación de ese país.
En cualquier caso, los ministros de Defensa piensan en el futuro post Gadafi que tendría que liderar la ONU y el Grupo de Contacto. "Tenemos que estar preparados", sentenció Anders Fogh Rasmussen.
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