La Unión Europea (UE) se comprometió ayer a preservar la libre circulación entre los estados en el primer debate sobre el Tratado de Schengen, un día después de que Dinamarca optara unilateralmente por la reintroducción de controles fronterizos.
Los ministros europeos de Interior abordaron la posibilidad, planteada por Bruselas a instancias de Francia e Italia, de crear un mecanismo que permitiría suspender temporalmente y en circunstancias excepcionales la libre circulación entre los países que regula el Tratado de Schengen.
"Ha habido unanimidad entre los ministros y la Comisión Europea en que la libertad de circulación es uno de los principales logros europeos y que hay que conservarla a cualquier coste", indicó en rueda de prensa el ministro húngaro del Interior, Sandor Pinter, cuyo país preside la UE este semestre.
El ministro añadió que todos los países coinciden en la necesidad de reforzar las fronteras exteriores y precisó que los controles en las fronteras interiores "no se permitirán salvo que se respeten unas condiciones muy estrictas en que todos estamos de acuerdo"
Otro punto sobre el que hubo unanimidad ayer fue la necesidad de fortalecer la cooperación con terceros países para controlar los flujos migratorios.
La comisaria europea de Interior, Cecilia Malmstrom explicó que el objetivo de los cambios que se proponen es "reforzar Schengen y no debilitarlo" y subrayó que la reintroducción de controles fronterizos se produciría solo como último recurso.
Durante la reunión, el titular danés de Integración, Soren Pind, explicó a sus homólogos que la decisión de su país de restablecer los controles fronterizos con Alemania y Suecia respeta escrupulosamente el Tratado de Schengen. Pind precisó que los controles no serán "personales o de pasaportes", lo que supondría violar la normativa de Schengen, sino aduaneros, a través de una ventanilla permanente en la frontera.
En el debate de ayer unos 18 estados miembros se mostraron partidarios de clarificar el Tratado de Schengen, al opinar que el deja demasiado margen de interpretación.
Mientras la Comisión y países como Francia defienden que la eventual reintroducción de los controles en las fronteras interiores se plantee en el marco de un mecanismo europeo, otros como Alemania son partidarios de que cada Estado decida los criterios.
España, Bélgica y Malta opinan que Schengen es un marco adecuado que no necesita reformas, aunque han dejado claro que no se opondrían a los cambios.
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