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Es Migjorn es el municipio más joven y la circunscripción más reducida. De tales circunstancias surgen consecuencias como haber registrado la alternancia más pura que se conoce en la Isla y un valor del voto superior a cualquier otro municipio, con 73 sufragios bastó hace ocho años para lograr un escaño.

Además es el que reúne menos candidaturas, sólo las siglas mayoritarias, las que concurren en todas los foros, acuden a este ayuntamiento empujados más por la inercia y la vocación de estar en todos los sitios que por las motivaciones de poder que realmente guían estas batallas. El presupuesto es escaso, los problemas, muchos; la cercanía del vecindario, una presión constante; las posibilidades de desarrollo urbanístico, mínimas, nulas a corto plazo; la retribución de los cargos públicos, modesta. Ser alcalde y gobernar un núcleo corto en población y recursos requiere habilidades especiales y más capacidad de sacrificio que las grandes instituciones.

La experiencia de una tercera y cuarta opción rompe el juego de cara y cruz que describe la trayectoria electoral en Es Migjorn. La hace apetecible y rentable, porque inclina la mayoría en un sentido u otro, sin embargo, ha desaparecido del mapa. Un vistazo atrás muestra una foto de perfiles fijos, los cinco mandatos que acumula la historia de este consistorio recrean una alternancia de precisión binaria, izquierda (1991), derecha (1995), izquierda (1999), izquierda (2003) y derecha (2007). La aparente simplicidad esconde un proceso más complejo. La izquierda en conjunto ha alcanzado la mayoría en cuatro de los cinco procesos electorales vividos, la tercera opción en lograr representación siempre ha mostrado un perfil más progresista que el PSOE y en dos ocasiones ha servido para aportar el concejal necesario para formar mayoría salvo en el último mandato, donde la experiencia anterior con el alcalde socialista inhabilitado por sentencia judicial llevó a este grupo a dejar que gobernara la candidatura más votada, la popular de Andreu Moll.

El esquema se reproduce con fidelidad, si hay tercera opción, ésta logra un concejal y las fuerzas mayoritarias se reparten a partes iguales los otros escaños; cuando no ha concurrido esta fuerza o se ha integrado en una coalición de izquierda (Acord en el 99) el resultado ha sido de 5-4 en esa ocasión y de 4-5 para el PP cuatro años antes. El futuro inmediato se escribe en el pasado.