BENEDICTO XVI. El Santo Padre durante su visita ayer a Venecia - Reuters

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El papa Benedicto XVI espera que la Jornada Mundial de la Juventud 2011 (JMJ), que se celebrará en Madrid dentro de cien días, dé un "impulso decisivo" a la evangelización de las "nuevas generaciones".

El arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), cardenal Antonio María Rouco, leyó ayer un mensaje del pontífice, dirigido a varios miles de jóvenes, voluntarios y familias de acogida de peregrinos congregados en el Pabellón Madrid Arena para participar en un encuentro religioso, festivo y preparatorio de la JMJ.
En la misiva, el papa ruega a Dios que les acompañe "en sus esfuerzos para que la abnegación de su compromiso sea un signo de la constante presencia del Resucitado en el mundo".

Rouco, que presidió una concelebración de la Eucaristía, indicó que advierte "falta de luz en el corazón de muchos jóvenes" e intentos "desde fuera" de apagarla cuando está encendida. "No hay peor enemigo del hombre que la mentira, que la negación de la Verdad, sobre todo si se hace intencionadamente", dijo.

Así, Rouco desea que la JMJ sea un nuevo Pentecostés renovador, el "gran testimonio de la Verdad de Cristo Resucitado", una "gran profesión de fe", un "gran momento para la esperanza", un acto de expresión de afán apostólico y una jornada para la salvación de la juventud en todo el mundo. Hasta entonces, les conminó a que acrecienten el fervor.
También animó a los voluntarios de la JMJ y a las familias de acogida a continuar adelante, sin desánimo, confiando en Dios, y al resto les pidió que sigan el ejemplo de estos primeros.

En este sentido, Rouco pide en una carta abierta, distribuida en el acceso al recinto, que no haya más demoras en las inscripciones de la JMJ, y pide a sacerdotes, familias y educadores que ayuden a los jóvenes a hacerlo pronto.

Según datos de la organización, hasta el momento se han registrado unos 350.000 jóvenes de 170 países para participar en la JMJ, entre el 16 y el 21 de agosto próximo, y 7.000 familias se han mostrado ya dispuestas a recibir peregrinos, aunque son necesarias 50.000.

"La tarea, que hemos asumido -subrayó- al servicio de la Iglesia y de su pastoral juvenil, es de unas proporciones materiales y espirituales nada comunes, ¡inconmensurables!".
La misa, a la que asistieron 8.000 personas según los organizadores, se celebró en un altar presidido por la imagen de la Virgen de la Almudena, con la participación entre otros, de los obispos de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, y de Getafe, Joaquín María López de Andújar.