"Internet es la salvación de nuestro cine", aseguró ayer por la noche el presidente de la Academia de Cine, Álex de la Iglesia, en su discurso de la gala de entrega de los XXV Premios Goya, en el que instó al sector a adoptar "un nuevo modelo" de mercado "que tenga en cuenta a todos".
De la Iglesia aludió en su intervención a la polémica creada por su decisión de abandonar su cargo en desacuerdo con la ley Sinde. "Dicen que he provocado una crisis", dijo el cineasta, quien añadió: "la crisis es cambio y el cambio es acción" y "estamos en un punto de no retorno".
"Las reglas de juego han cambiado", ha afirmado De la Iglesia, quien ha advertido que los internautas son ciudadanos y son el público del cine. "Y esa gente no va al cine porque está delante de un ordenador", añadió.
El director de la Academia de Cine reclamó un nuevo modelo mercado que tenga en cuenta a los actores, directores, productores, exhibidores y usuarios, es decir a todos. Un cambio que conlleva una manera de entender el cine.
"Tenemos que tener en cuenta nuestros derechos, pero tampoco hay que olvidar nuestras obligaciones. Tenemos una responsabilidad moral para con el público", recalcó.
Volvió a recordar que internet es la salvación del cine. "Solo ganaremos el futuro si somos nosotros los que cambiamos, los que nos adelantamos".
"Hace veinticinco años quienes se dedicaban a nuestro oficio jamás se hubieran imaginado que algo llamado internet revolucionaría el mercado del cine de esta forma y que el que se viera o no nuestras películas no iba a ser solo cuestión de llevar al público a nuestras salas", dijo De la Iglesia.
En un tono carente de melancolía o nostalgia, De la Iglesia, optimista, dijo que se va pero que estos dos años han sido los mas felices de su vida. "He conocido a gente maravillosa, he visto los problemas desde diferentes puntos de vista diferentes para mí".
Y se despidió diciendo: "Han pasado 25 años muy buenos, pero nos quedan muchos más, y seguro que serán los mejores. Muchas gracias".
El discurso de Alex de la Iglesia era uno de los momentos más esperados de la gala, por el anuncio de su dimisión en desacuerdo con las medidas antidescargas, conocidas como ley Sinde, promovida por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, su antecesora al frente de la Academia del Cine.
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