FELIPE GONZÁLEZ. El expresidente cobra una pensión vitalicia - internet

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El PSOE y el PP se quedaron solos ayer a la hora de defender el mantenimiento de las pensiones vitalicias que cobran los expresidentes del Gobierno, como Felipe González o José María Aznar, pero la suma mayoritaria de sus votos bloquearon una proposición de Ley Orgánica de ERC-IU-ICV que quería poner límites.

La toma en consideración de la propuesta fue rechazada por 328 votos en contra, 17 a favor y una abstención, ya que aunque las minorías la apoyaban, la mayoría conformada por los grupos socialista y popular permitió desestimar la iniciativa.

Defendió la reforma el portavoz de IU, Gaspar Llamazares, quien arrancó su alocución con una encendida defensa de la labor política "noble, digna y austera", y negó que los políticos sean unos "privilegiados" porque, remarcó, son "vocacionales" y están comprometidos con la actividad pública.

El propósito de su propuesta es "avanzar en la transparencia" porque, manifestó, "la antesala de la corrupción política es la confusión y la colusión entre lo público y lo privado". Así, IU plantea un sueldo digno para cada cargo público, dedicación "exclusiva", incompatibilidad entre más de una asignación pública y de éstas con las privadas, y también limitar las indemnizaciones a ex diputados y senadores, pese a reconocer que son las más austeras de Europa.

Por ello apuesta no sólo por acortar a dos años las pensiones de los ex presidentes del Gobierno, ahora vitalicias, sino por evitar que sean compatibles con retribuciones privadas. "No se puede compatibilizar con empresas privadas, que pretenden convertir las relaciones del presidente del Gobierno en un fondo de mercado", agregó Llamazares, que también aboga por regular los "lobbys" de presión que actúan en el Parlamento.

En nombre del PSOE, Daniel Fernández justificó el voto en contra de su grupo por entender que la proposición no mejora la eficacia de las incompatibilidades y porque sus medidas "van en una dirección errónea y perjudicial para la buena salud del Parlamento", ya que contribuirían a la "profesionalización" de la política.

Tras remarcar el compromiso del Gobierno a favor de la transparencia, anunció que el grupo socialista promoverá propuestas para mejorarla en lo que se refiere al patrimonio y la renta de los parlamentarios. "Entre el privilegio y populismo hay un espacio más que suficiente para la decencia y el buen hacer en un ámbito que afecta directamente a la credibilidad de nuestra democracia", concluyó.

El diputado Vicente Ferrer avanzó el voto en contra del PP alegando que los cambios que propone IU son innecesarios ahora y no pueden calificarse de oportunos, sino de oportunistas.

Después de indicar que el PP no se cierra a modificar el régimen de incompatibilidades, precisó que no apoyará legislar "de forma improvisada y populista, al socaire de un estado de opinión pública de cierto cansancio hacia la clase política motivado por razones totalmente ajenas al modelo normativo". Y es que, según su criterio, "a nadie se le oculta" que la propuesta obedece a un determinado estado de opinión, con una ciudadanía descontenta con la clase política, pero no por su régimen de incompatibilidades, sino por la crisis económica y la falta de soluciones a la misma.

CiU respalda la iniciativa pero sólo en parte porque, según el diputado Jordi Xuclá, es conveniente revisar la compatibilidad de las pensiones vitalicias de los ex presidentes y regular los "lobbys" de presión para que afloren sus intereses. Sin embargo, no quiere un régimen de incompatibilidades "absolutas" porque CiU apuesta por mejorar los mecanismos de control en vez de esta medida tan rígida.