Elfos, "hobbits" y un sinfín de nuevos personajes de fantasía amenazan con perturbar el censo ruso, que comenzó ayer y pretende plasmar, entre otras cuestiones, las numerosas nacionalidades que engloba el país.
Unos 400.000 entrevistadores cubrirán el territorio del país más grande del mundo para elaborar el segundo padrón de la Rusia postsoviética, que cuenta con un presupuesto de 17.000 millones de rublos (unos 405 millones de euros).
Para resaltar el empeño por contabilizar a toda la población de Rusia, incluso los cosmonautas de la Estación Espacial Internacional (EEI) rellenarán los formularios del censo nacional.
Sin embargo, las intenciones del Gobierno se podrían ir al traste si, al igual que en el padrón de 2002, la mayoría de la población se toma a guasa una encuesta que en la mayor parte de países es obligatoria y en Rusia voluntaria. Pese a que las cifras oficiales informaron de una alta participación, millares de respuestas anecdóticas y disparatadas marcaron el último censo.
Así, varios jóvenes en Arjángelsk, en el norte europeo del país, respondieron a la pregunta sobre su nacionalidad que eran "hobbits" y elfos, las etnias imaginarias de "El señor de los anillos", de Tolkien.
En la ciudad siberiana de Omsk, otro grupo se puso de acuerdo para indicar que eran zulúes, etnia propia del África Austral.
En esta edición del censo, se espera que abunden los colectivos de vampiros, motivados por la popular saga literaria y cinematográfica "Crepúsculo", y de "na'vis", los humanoides de piel azul de la taquillera película de James Cameron "Avatar".
Aun así, la broma esconde algo de cierto y cada vez son más los jóvenes rusos que "reniegan" de su nacionalidad para convertirse a la que sienten con verdadera devoción.
Es el caso de la estudiante Elena Dmítrieva, hija de rusos y nacida en Rusia, que como una verdadera irlandesa celebra cada año el Día de San Patricio, el patrón de la isla esmeralda, con una pinta en una mano y una bandera verde con el trébol en la otra.
Asimismo, la pasión del joven ruso Alexandr Skliárov por el manga y el anime desembocó en un ultranacionalismo nipón que le impulsa a mudarse tan pronto como pueda a la tierra del sol naciente.
A lo largo de su historia, el ceso ruso siempre ha registrado muchas respuestas peculiares.
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