Atracción. ‘El Péndulo’ fue inaugurado en el mes de agosto de 2006 - Intenet

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Una niña de 15 años murió ayer en el parque de atracciones del Tibidabo, en Barcelona, al romperse un brazo articulado de la atracción 'El Péndulo'.

Otros tres menores han resultado heridos de diversa consideración a causa del accidente. La más grave es una chica de 15 años que se encuentra en estado crítico, que ha sido trasladada al hospital de la Vall d'Hebron en estado crítico por los politraumatismos que ha sufrido. Otra menor, también de 15 años, fue evacuada al Hospital de Sant Joan de Déu de Esplugues (Barcelona) con un traumatismo cranoencefálico.

Un tercer herido es un niño que fue trasladado por sus familiares al Hospital General de Cataluña, informaron fuentes del Servicio de Emergencias Médicas.

El suceso se produjo sobre las 19 horas cuando un brazo articulado de la atracción 'El péndulo' cayó sobre otra denominada 'Mina de oro' por causas que no se pueden concretar por el momento.

Unas 4.000 personas se encontraban en el parque del Tibidabo en el momento de producirse el suceso en "El péndulo", una atracción inaugurada el año 2006 que se levantaba hasta los 40 metros de altura y hacía una caída libre a unos 100 kilómetros por hora.

Tras el accidente desalojaron de visitantes las atracciones "La mina de oro", la montaña rusa, el avión y la Atalaya, próximas a "El péndulo", mientras el resto del parque continuó en funcionamiento.

Atracción
La atracción "El Péndulo" lleva funcionando cuatro años y, con sus 40 metros de caída, es una de las estrellas del parque de atracciones barcelonés del Tibidabo.

"El Péndulo", de fabricación italiana, se inauguró el 4 de agosto de 2006 en el Tibidabo, y en aquel momento fue la primera atracción de estas características que se ponía en marcha en España.

Consta de un brazo articulado de 25 metros de longitud que sujeta una góndola con una capacidad de cuatro personas por trayecto, cabina que se deja caer de forma controlada desde una altura de 40 metros.

Los ocupantes son primero elevados para después ser soltados, hasta conseguir una velocidad de 100 kilómetros por hora en menos de 2,8 segundos, y soportar una fuerza de la gravedad de 4,5.

Un vez finalizada la fase de caída al vacío, la góndola describe un movimiento pendular de unos cincuenta metros de recorrido.